Es imposible contener las lágrimas, el dolor, y, sobre todo, ese sentimiento de vacío, de pérdida irreparable. Así lo transmiten sus amigos, los que trabajaron con ella, aquellos que ya habían quedado esta semana próxima para verse con Inés Bellido y compartir su presente y futuro. Un tiempo que se vio truncado esta pasada noche en la N-234 por un fatídico accidente de tráfico, donde Inés Bellido, directora de Proyectos especiales de la Cámara de Comercio de Zaragoza, falleció junto a su marido Tomás Aróstegui, su hijo de dos años. Ella estaba embarazada de cinco meses.

Una sonriente Inés Bellido, en el centro, junto a sus amigos en un acto político del PP de Aragón / Cedida


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El choque frontal y posterior incendio del vehículo donde viajaban dirección a Burgos fue irreversible. Inés y su familia, y del otro coche, conducido por Santiago Errando, un vecino de Cervera de la Cañada (Zaragoza), fallecían casi en el acto. Las llamas no les dieron ninguna oportunidad y los Bomberos de la Diputación de Zaragoza solo pudieron sacar sus cuerpos, ya sin vida. No han pasado ni 24 horas y algunos de sus amigos más cercanos han tenido el valor de recordarla, de expresar lo que sienten y han sentido por Inés en conversación con HOY ARAGÓN.

Inés Bellido se hace un selfie en la sede del PP de Aragón. Era afiliada y una activa militante en las campañas electorales / Cedida

La actual consejera de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza, Carmen Herrarte, ha trabajado tanto con ella que ahora solo llora recordándola. «Estoy rota; era una chica que hacía fácil lo difícil. Yo siempre le decía, Inés, qué milagro vas a hacer hoy», dice Carmen desde un profundo dolor. Para Alberto Baños, amigo de Inés desde hace más de 15 años, la vida no va a ser igual. «Estuvo hace poco en mi boda. Imposible no recordar esa bondad; siempre tenía un rato para estar con cualquier persona que se lo pidiese», recuerda Alberto.

En la calle León XIII de Zaragoza, donde Inés, Tomás y el hijo de ambos Quique, vivían, no hay quien no les vaya a echar de menos.

Carmen se rompe en varias ocasiones; no puede evitarlo. «Sin ella no habríamos sacado el plan de Comercio y era una piedra angular del proyecto ‘Volveremos’ del Ayuntamiento de Zaragoza. Insustituible; ahora no se decirte que vamos a hacer sin ella», se lamenta.

Inés Bellido junto a sus amigos, entre ellos Alberto Baños, en la recogida de alimentos del Banco de Alimentos de Zaragoza / Cedida

LUCHA CONTRA EL CÁNCER

La vida de Inés, cuentan sus amigos, no ha sido fácil. Era una auténtica luchadora. No ha sido el único escollo que esta zaragozana, incansable trabajadora y muy cabezona en su vida y en su trabajo en el buen sentido de la palabra, ha tenido que superar.

En el momento del accidente también perdió la vida la niña que Inés y Tomás esperaban. «Estaba embarazada de cinco meses. Habría salido de cuentas en el mes de abril. Una niña que esperaban con mucho cariño», dice Carmen sin poder reprimir el dolor de este recuerdo.


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Alberto y tanto otros amigos de Inés y Tomás todavía viven el impacto emocional de una noticia que les ha dejado un gran vacío. El de una mujer, una aragonesa a la que nadie va a olvidar, que hacía fácil lo difícil y con la que siempre, dicen los suyos, apetecía estar.