Cuando a Borja, un joven agricultor de Cubel, le dijeron que un incendio estaba rodeando sin control la localidad de Moros no se lo pensó dos veces. Acompañado de sus primos y algún otro familiar, recorrieron en sus tractores los 50 kilómetros que separan ambas localidades para echar una mano.


Publicidad



Publicidad


«Fue un instinto; no sabes por qué lo haces pero vas, y punto», recuerda Borja Yagüe. Hace unos días publicó en las redes sociales un audio de quince minutos en el que relataba su experiencia en las cerca de 48 horas que estuvo intentando frenar el frente del fuego con su tractor. «Vi a gente que iba a apagar estos incendios sin hacer demasiado mientras nosotros estábamos ahí. Respeto y entiendo su trabajo, pero se echó en falta un apoyo en algunos momentos».

«Mi familia tiene tierras en Moros pero esa no era la cuestión principal. Si hubiese sido al revés, estoy seguro que los del Moros habrían venido a ayudar», asegura este joven agricultor aragonés. Era la primera vez que vivía algo así y se metió de lleno. Cuenta que las llamas tocaban la rueda y que sentía en intenso calor dentro de la cabina. «Si en un momento hubiese cambiado la dirección y fuerza del viento,  mi tractor y yo nos habríamos quedado allí», se sincera.

Lo primero que vio cuando llegó fue a otros agricultores de Ateca y pueblos cercanos. «Nosotros nos quedamos por la noche; seguíamos las instrucciones de los que sabían pero también actuábamos por nuestra cuenta. El objetivo era frenarlo, aunque cuando llegamos las llamas ya se habían comido la cooperativa. Eso nos dejó hechos polvo, pero teníamos que seguir», asegura Yagüe.

En la pelea vio animales huyendo, gente desesperada y sobre todo un ruido, el crepitar del fuego, que no cesaba y que cada vez estaba más cerca de las casas. «Nosotros somos agricultores, no bomberos. Nos puede el amor por la tierra y los pueblos. Yo fui consciente de que me estaba jugando la vida después, cuando volví a mi pueblo. En ese momento estás a lo que estás», afirma Borja.

EMOCIONADO

El objetivo era que no atravesase la carretera y en eso Borja y sus primos pusieron sus mayores empeños. «Frenarlo cuando iba hacia Calatayud y que no pasase el asfalto. Pero entró con unas alcantarillas y logró pasar por debajo. Tuvimos que seguir al otro lado, sin descanso», recuerda.


Publicidad


Insiste en compartir esta lucha con todos los agricultores que en Aragón y en España han tratado de aportar con sus tractores y su experiencia y arrimar el hombro contra esta oleada de incendios que ha dejado unas cifras muy trágicas este mes de julio, batiendo récords con más de 15.000 hectáreas calcinadas en nuestra Comunidad.

Días después volvió a su casa, a seguir con su trabajo. Mientras reflexionaba sobre lo que habían hecho, su teléfono móvil no paraba de sonar. «Recibí en redes muchísimas felicitaciones y frases de agradecimiento. Eso es lo que te queda, la satisfacción de haber hecho lo que has podido en una situación en el que se vivió mucho miedo e incertidumbre», se sincera Borja mientras agradece esta entrevista de HOY ARAGÓN, desde la modestia de un joven de la zona que hizo lo que consideró que tenía que hacer.