La joven no paraba de llorar mientras era atendida por dos agentes de Policía Nacional que intentaban, a través de la cámara de seguridad del local, identificar a los autores. Los encapuchados entraban en el bar Amado sorprendiendo a la joven, de origen asiático, cuando estaba ya bajando la persiana. «No quiere salir de casa, ni volver a trabajar», contaba un familiar de la agredida.

No es para menos, ya que nada más entrar en el local, los asaltantes la empredieron a puñetazos y patadas con la joven de 24 años sin mediar palabra. Ella se defendía en el suelo como podía pero poco pudo hacer ante la gran cantidad de golpes recibidos, tal y como se puede ver en la imágenes de seguridad interna del local.

En dichas imágenes se puede ver claramente como le golpean reiteradamente en la cabeza y en la parte superior del cuerpo hasta dejarla inconsciente y a pesar de la poca resistencia de la chica, que acabó perdiendo el conocimiento. En ese momento, los ladrones bajaron la persiana y taparon ventanas y puertas echando las cortinas para no ser vistos.

Ambos cubiertos con capuchas, empezaron a ensañarse con las máquinas tragaperras del local. Uno de ellos parecía hablar por un teléfono móvil mientras el otro seguía intentando abrir las máquinas. Al final conseguían su objetivo y sacaban las cajetillas con el dinero recaudado.

La madre de la joven, que llegó al lugar de los hechos y avisó a la policía, explicó que los ladrones también habían subido a la planta superior del local, donde tienen una vivienda, pero que no habían conseguido llevarse nada. Fue en ese momento cuando la progenitora de la chica se percató que algo pasaba en el local. Cuando llegó se encontró a la joven inconsciente en el suelo y con sangre en la cara.

«NO QUIERO VOLVER»

En varias ocasiones, los asaltantes se agachaban y miraban por las ventanas para comprobar que no había nadie por las inmediaciones. Mientras todo esto sucedía, la joven continuaba inconsciente al lado de la puerta. Los ladrones en ningún momento parecen reparar en el estado de la chica, que posteriormente, y ya en presencia de la Policía recuperó en parte la consciencia, todavía muy asustada por lo que le acababa de suceder.

«No está bien; está asustanda y ya no quiere trabajar en el bar«, explica un primo de la chica, que al parecer, siempre se encargaba de cerrar el local y en muchas ocasiones lo hacía sola. La Unidad de Robos de la Policía Nacional está analizando los vídeos para identificar a los autores y detenerlos.

Se da la circunstancia de que se han cometido varios robos este año en establecimientos de personas de origen asiático en Zaragoza pero nunca con esta violencia y brutalidad. Los vecinos del barrio y del entorno de la calle Gabriel Gombao, número 3, se levantaban conmocionados por una noticia que les ha horrorizado por cómo se ha producido.

Nadie recuerda si se llevaron dinero ni cuanto, ni siquiera los dueños del local. Lo único que sigue en la mente de muchos y sobre todo de la familia de la joven, que sigue ingresada en un centro hospitalario, es la brutalidad de la agresión que sufrió esta chica indefensa durante el robo y que le ha dejado huella de por vida.