La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha decidido tener en cuenta la confesión de David P., autor de la muerte de su mujer Raquel D., y también ha concluido que el llamado ‘crimen de Delicias‘ se cometió por no aceptar el deseo de su mujer de separarse.
Sin embargo, el Alto Tribunal no ha restado ni sumado a los 23 años de condena que otro juez dictó tras el veredicto de un jurado popular en noviembre de 2019. “Le he dicho a nuestro abogado que no quiero continuar porque vamos a seguir hurgando en una herida que sigue doliendo”, cuenta a HOY ARAGÓN Mari Ángeles, madre de la víctima.
En junio se cumplirán dos años de este crimen que conmocionó a la opinión pública, cambió la vida de una familia y dejó a una niña de ahora 11 años huérfana de madre. Desde entonces ha sido su familia materna quien se ha encargado de ella. “A mi nieta no le gusta hablar de su padre pero tampoco lo evita”, explica Mari Ángeles.
Reconoce que no tienen relación con la familia del padre de su nieta. “Me han demandado por incumplir el régimen de visitas. Dicen que no ven a la niña y pueden verla, yo nunca me he opuesto a ello”, dice.
Mari Ángeles lloró el pasado 25 de junio, al cumplirse un año de la muerte de su hija Raquel y considera que todavía le va a costar mucho tiempo hacerse a la idea de que ya no está. “Cuando lloro mi nieta se enfada”, admite.
SABER POR QUÉ
Aquella madrugada de junio en la que David P. acabó estrangulando a su mujer en su casa la hija de ambos estaba con su abuela en el pueblo. Desde entonces ha estado junto a su abuela. “Cuando la veo me recuerda a su padre. Ha heredado su pronto y físicamente se parece mucho a él”, reconoce.
Mari Ángeles admite que su nieta llegó a tener «terror de su padre» y no quiere saber nada de él. Sin embargo, no descarta que más adelante pueda ir a verle a la cárcel. “Quiere preguntarle por qué lo hizo, por qué mató a su madre. Mi nieta tiene una conversación pendiente con su padre y algunas preguntas que quizá algún día consiga aclarar”, asegura.