Sucedía el pasado 24 de septiembre, con motivo de la celebración de la festividad de La Merced, patrona de los Centros Penitenciarios en España. Ese día, los presos disfrutan de un menú especial y en la prisión de Zuera celebran un festival de flamenco y rap, en el que se permite la actuación de internos.


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Dentro de estas actuaciones está permitida por la dirección del centro la de Steven Guarionex, alías ‘Biwan’, líder de la banda latina Dominican Don’t Play en Zaragoza. Se encuentra en prisión desde su detención, en marzo de 2021, junto a otros dos miembros de la banda, por haber participado en una violación grupal. En octubre de ese mismo año, la víctima declaraba ante el juez y explicaba que le habían llegado a meter una botella en la vagina.

La Policía Nacional lo detuvo en su piso en el barrio zaragozano de San José y presentó al juez un informe que lo situaba a la cabeza de esta banda latina de origen dominicano en la capital aragonesa. Fuentes cercanas a este preso dentro de la cárcel de Zuera inciden en su mal comportamiento y sus enfrentamientos verbales tanto con otros reclusos como con funcionarios de la prisión.


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Estas fuentes consultadas por HOY ARAGÓN afirman que ‘Biwan’ iba a actuar en un recinto con capacidad limitada. Según fuentes sindicales, a este concierto iban a acudir reclusos de todos los departamentos, juntando clanes y enemigos, lo que podría poner en riesgo la seguridad del centro.

Estas fuentes añaden que, al trasladar a otros presos del módulo de Guarionex a el lugar del evento se producen situaciones de «gran tensión», al ser denegada la entrada a algunos presos por haberse completado el aforo.

«SI NO ESTÁN, NO ACTÚO»

Steven Guarionex se niega a actuar si no están todos sus compañeros convictos y es necesaria la mediación para no suspender el concierto. A pesar de la tensión sufrida y de los percances previos, se celebra la actuación ante la atenta vigilancia de los funcionarios de prisiones que deben reforzar la seguridad del recinto. «Sin dotación adecuada de medios y sin los efectivos adecuados, consiguen que concluyan todas las actuaciones», afirman fuentes cercanas al suceso.


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El concierto había terminado pero no la tranquilidad en el recinto penitenciario, Justo al desalojarse el recinto varios internos comienzan a agredirse y se producen peleas en los pasillos de varios de los módulos del centro penitenciario que obliga a la rápida intervención de los funcionarios.

Finalmente, varios de los presos protagonistas de estos conflictos son aislados de sus compañeros. Estas mismas fuentes que relatan el suceso consideran innecesaria la autorización de dicho concierto en el que, creen, existían muchas posibilidades de que se produjesen altercados como los que tuvieron lugar.