La última llamada se produjo hace tan solo unos días. Varias patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional se presentaban en la calle de San Juan Bosco. «Hay gente que lleva machetes muy grandes», explicaban a los agentes algunos de los presentes en la pelea. No hubo heridos, dice un testigo presencial, de milagro, porque, según explica, la Policía Nacional llegó a tiempo.

El altercado se saldó con seis detenidos, dos de ellos menores de edad, y varias armas requisadas. «¿Quién lleva un machete a una discoteca a donde se supone que va a pasarlo bien?», se preguntan testigos presenciales. La sospecha de muchos es también que quedasen justo allí para pelearse, a las puertas de la discoteca Garden, más conocida desde hace meses por sus altercados que por su música o sus fiestas. 

En los últimos cinco meses se han producido cuatro peleas que, por su relevancia, han trascendido a la prensa. La primera de ellas, a finales de septiembre del año pasado. El motivo, la discusión por una chaqueta, que acabó en una agresión a dos mujeres y un hombre ecuatorianos a los que, además de llegar a pegarles con palos, les profirieron insultos xenófobos. Los supuestos autores, con antecedentes por delitos de lesiones y malos tratos, fueron arrestados por los delitos de odio, amenazas, lesiones leves y otro de resistencia a agente de la autoridad. Quince días después, durante la celebración de la festividad de El Pilar, un joven le rajó la cara a otro llegándole a provocar un corte de 5 centímetros. 

Diez días después, quizá el hecho más preocupante de los últimos acaecidos en la puerta de esta discoteca, tres agentes de la Policía Local de Zaragoza resultaban heridos al tratar de reducir a un joven de 19 años que fue expulsado de la discoteca por su comportamiento. «Putos policías, no tenéis huevos, ¡Os voy a matar a todos!» repetía el detenido, al que otros clientes definían como un hombre «excitado y agresivo». Llegó incluso a intentar quitarle el arma reglamentaria a una agente. «Estuvieron mes y medio de baja por temas físicos y sobre todo psicológicos», explican fuentes cercanas a las agentes agredidas.

La última vez que volvimos a ver en prensa el nombre de esta discoteca fue el pasado fin de semana. «No hay peticiones de ciudadanos para realizar mediciones de ruido, pero si para controlar aforos, normas Covid… En este aspecto, se puede decir que la actividad se ajusta a la normativa municipal. El servicio de seguridad y control de accesos es eficiente. No hay peleas dentro, sino en la calle», explican fuentes consultadas por HOY ARAGÓN. 

Se trataría entonces de un problema de orden público con origen en una actividad bajo licencia y control municipal. ¿Quién debería solucionarlo? ¿Sería el dueño del local corresponsable de lo que pasa en su puerta? Son preguntas que nos hacemos y para las que vamos a seguir buscando respuesta. Mientras tanto, muchos acaban la entrevista diciendo lo mismo: «Hasta la próxima pelea…»