Ha asombrado incluso a los propios investigadores, que estaban más acostumbrados a ver este tipo de bastas plantaciones de droga en zonas muy alejadas de pueblos y ciudades. De hecho, HOY ARAGÓN ya publicaba este pasado verano cómo la Guardia Civil había intensificado su labor para frenar a las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de droga que habían elegido el prepirineo como zona de cultivo y producción.


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La realidad ahora es otra. Hace tan solo unos días, un vecino de la localidad de Alfajarín, a tan solo quince minutos en coche de Zaragoza, alertaba a los agentes de la Guardia Civil acerca de dos personas que no eran de la localidad y que desde hace un tiempo vivían en una nave cerca del pueblo y también del curso del río Ebro.

Cuando empezaron a investigar sobre este asunto que nació de la colaboración ciudadana descubrieron algo que les llamó poderosamente la atención. Un ‘modus operandi’ idéntico al de los alijos incautados en el prepirineo oscense pero ahora demasiado cerca y más expuesto.

Fueron cerca de 2.000 plantas de marihuana las que descubrieron los agentes de la Guardia Civil de Alfajarín y los miembros de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Casetas que intervinieron en la operación a orillas del río Ebro y a poco kilómetros de la localidad zaragozana. Todo un hallazgo que acabó con dos personas detenidas, los dos ‘cuidadores’ del cultivo y producción de la droga, de origen serbio, que vigilaban que nadie les detectase.

Una plantación a la que se accedía por un camino de tierra y estaba oculta, relativamente, pero si más cerca de vías de escape o comunicación como la A2. Según fuentes consultadas por este periódico digital, podrías tratarse de una manera de ahorrar en costes de traslado de la mercancía a ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza. Desmenuzan las plantas de marihuana en la nave para después trasladar los cogollos secos por carretera hasta los puntos de venta y los ‘pasadores’.

50.000 EUROS EN EL MERCADO NEGRO

El trabajo de la Guardia Civil ha permitido desarticular parte de una red extensa de tráfico de droga y evitado que esta marihuana llegue a venderse en las calles, en especial de cara al mes de octubre y las fiestas del Pilar. Una droga ilegal que tendría un valor en el mercado negro de cerca de 50.000 euros.

Naves abandonadas y alquiladas por terceros son ahora el objetivo de los narcos. Y si se trata de ahorrar, ahora buscan estar más cerca de vías de comunicación y sobre todo, como ya hacían en algunas de las aprehensiones en Huesca, cerca también del agua. En este caso los delincuentes tenían la plantación al aire libre y cerca del río Ebro, evitando así tener que montar un sistema de bombeo de agua con tuberías para poder regar las plantas.

Son las nuevas estrategias de los productores de grandes plantaciones de marihuana que provienen en su mayoría de Europa Central. Cada vez más cerca para ahorrar costes pero también más detectables.