Los vecinos del barrio de San Pablo en Zaragoza despertaban sobresaltados el pasado viernes al ver varios vehículos policiales en la intersección de la avenida Conde de Aranda y Mariano Cerezo. Fuentes policiales confirmaban a este diario que se trataba de un desalojo de un edificio ocupado, concretamente el número 31 de la calle Conde de Aranda, donde vivían cinco familias distribuidas en varios de sus pisos. Estas mismas fuentes han indicado que el edificio ha sido desalojado por orden judicial y tras la denuncia del dueño del inmueble sin que se produzca ningún tipo de altercado.

“SI NO LO TAPIAN, VOLVERÁN A ENTRAR”

Desde la Plataforma de vecinos afectados de El Gancho – Pignatelli, Óscar Villanueva ha expresado su satisfacción, a medias. “Llevaban años en eses bloque y si no le ponen una puerta anti- okupa volverán a entrar”, advierte.

Además ha recordado que en la calle Agustina de Aragón, donde el Ayuntamiento de Zaragoza ya ha anunciado que actuará a partir de septiembre, hay un edificio en muy mal estado. A esto Villanueva ha añadido la difícil situación que están pasando los vecinos de la calle Ramón Pignatelli. “Hay dos edificios ocupados, el número 48, desde hace más de 10 años y que está dañando el bloque 46 por graves filtraciones de agua, y el número 43, al que han accedido unos okupas que amenazan al vecindario”, relata indignado.