Los funcionarios de prisiones que lo han conocido lo definen como un interno muy peligroso que además cuenta con un dilatado historial de agresiones. “Intentó acuchillar con cristales a un compañero tras reventar una ventana de su celda”, relata uno de los funcionarios del Centro Penitenciario de Albocàsser, en Castellón.

José Pastor Fernández tiene 26 años y cumple condena por robos con fuerza y atracos. Ayer de madrugada era trasladado al Centro Penitenciario de Zuera donde ya estuvo cumpliendo parte de otra condena años antes.

“Nada más llegar actuó con aptitud chulesca provocando a los compañeros y pidiendo todo tipo de cosas”, explica un funcionario zaragozano. “Estamos preocupados porque es una persona muy complicada y en ocasiones no tenemos los medios necesarios para contener a este tipo de internos”, explican desde la Asociación de la Asociación de Funcionarios de Prisiones Unidos (FPU).

EN LA MISMA CELDA QUE ‘IGOR EL RUSO’

El historial delictivo dentro y fuera de las prisiones españoles de José Pastor ha obligado a los directores de los Centros Penitenciarios a ingresarlo en módulos de máxima seguridad. En Zuera ya se encuentra en el módulo de aislamiento, en la celda número 11, la misma que han ocupado presos vinculados al terrorismo yihadista y la que hasta hace unos meses ocupaba Norber Feher, conocido como ‘Igor el ruso’, autor del triple crimen de Andorra.

Los presos de la peligrosidad de Pastor son trasladados cada cierto tiempo de una prisión a otra como medida de seguridad y para que no llegue a influenciar o relacionarse demasiado con otros internos.

“Acaba de intentar matar a compañeros en Valencia y aquí no va a cambiar. Todos lo conocemos y solo pedimos a las instituciones mayor seguridad en estos casos y un mayor número de funcionarios en las cárceles que en estos momentos es necesario”, insisten desde la Asociación de Funcionarios de Prisiones Unidos (FPU).

Además insisten desde esta asociación que se les considere como agentes de la autoridad. “Tendríamos una autoridad jurídica en el trabajo diario que realizamos. Será el arma legal para que cuando intenten agredirnos se lo piensen dos veces y no les salga gratis a los internos”, añaden.