Sucedió hace una semana y todavía hay dos funcionarios de la prisión de Zuera de baja, entre ellos el jefe de servicio que intervino y que tuvo que ser atendido por una fractura en el pómulo. “Comenzó por una disputa en torno a un móvil que utilizaban algunos presos que no localizamos y que entró en prisión de manera ilegal”, explica un funcionario conocedor del caso de primera mano.


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El protagonista de este denominado ‘motín’ por los trabajadores del centro penitenciario comenzó en una sala común donde un preso, según estas mismas fuentes recién llegado del hospital, comenzó a romper sillas y a tirar todo lo que tenía a su alrededor. “Había otros presos problemáticos que convencieron a otros mediante intimidaciones y en total cerca de 20 comenzaron a generar disturbios”, recuerda.

En ese momento, varios funcionarios y el responsable del servicio en ese momento entraron en la sala y comenzaron a sacar a los internos al patio para sofocar el revuelo provocado. “El preso protagonista de este suceso fingió estar más tranquilo y al levantarlo tras ser reducido golpeo al responsable de servicio en la cara”, relata este mismo funcionario.

Desde el sindicato ACAIP-UGT ya denunciaron los hechos hace unos días en los medios de comunicación y ahora varios funcionarios exigen la salida del preso A.J.G., interno del módulo 1 donde se encuentran los más agresivos y problemáticos. “Solicitamos una ‘cunda especial’, o un traslado por motivos de seguridad de este preso del que llevamos tiempo elaborando informes y es demasiado problemático”, insisten.

UNA FUGA HACE SALTAR LAS ALARMAS

La reciente fuga de dos presos de una cárcel madrileña ha originado que el Ministerio de Interior envíe a los directores y subdirectores de los Centros Penitenciarios españoles una circular con el fin de que revisen los diversos “procedimientos de seguridad implementados”.

En la circular se insiste en revisar aspectos como las inspecciones de zonas de uso común en las prisiones, donde, cita textualmente la circular, “al menos se requisarán dos veces por semana todas y cada una de las dependencias del centro”.


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Además insiste dicho documento en vigilar especialmente los patios tras “la constatación de la utilización de drones para introducir en las prisiones droga, teléfonos móviles y otros objetos prohibidos”. Según esta fuente de HOY ARAGÓN, esta situación no se ha producido en las cárceles aragonesas.