«Pudo estar robándole durante años y años«, explica una fuente cercana al caso. Lo cierto es que esta mujer de 46 años, y sin apenas historial delictivo, tuvo que traspasar un día la línea entre cuidar y estafar a una persona octogenaria. Y tuvo tiempo para pensarlo porque estuvo casi 15 años ocupándose de sus necesidades diarias antes incluso de su jubilación. El hombre era un ex directivo de la entidad bancaria, el cual le dio una tarjeta de debito con la que fuese pagando a diario las necesidades vinculadas a sus atenciones.

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Así pasaron los años sin que el anciano sospechase nada hasta que un juez decretó su incapacidad en octubre de 2020 por padecer una grave enfermedad, momento en el que su hijo se hizo cargo y lo ingresó en una residencia para que pudiesen atenderle mejor.

RECIBÍA LAS VISITAS DE LA ESTAFADORA

Cuando el hijo se dio cuenta de que a su padre le faltaban más de 60.000 euros sin justificar en sus cuentas avisó a la Policía Nacional, que descubrió que esta mujer podría haber hecho presuntamente hasta 11 reintegros de 900 y 800 euros en un solo mes.

La policía ya le estaba investigando cuando seguía visitando al anciano en la residencia, incluso cuando anularon la tarjeta que el anciano hace años le dio. «Aún con la tarjeta anulada fue a un banca a realizar una transferencia a una de sus cuentas. Suponemos que intuía que se iba a quedar sin ese recurso», relata la fuente consultada por HOY ARAGÓN.

Se da a demás la circunstancia de que el anciano había cobrado recientemente una comisión muy elevada por sus servicios en la entidad bancaria. Un extra que se añadiría a su pensión mensual.

La mujer quedó en libertad después de prestar declaración y tendrá que afrontar un juicio por un presunto delito continuado de estafa. Solo ella sabe en que momento decidió pasar de cuidar de una persona que había depositado su confianza en ella, a presuntamente estafarle.

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