El juicio conocido como ‘Caso Tirantes’, donde se juzga al presunto asesino de un zaragozano en un conocido bar de Zaragoza, por la zona de Heroismo, por portar unos tirantes con la bandera de España, ha empezado en la Audiencia Provincial de Zaragoza con la declaración del presunto culpable, el antisistema Rodrigo Lanza. 


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Un jurado popular juzga desde hoy, lunes, al antisistema Rodrigo Lanza como presunto responsable del asesinato por odio de un hombre de 54 años, Víctor Laínez.

Según consta en el sumario, los referidos tirantes fueron el detonante de una reacción violenta por parte del acusado que terminó, cuatro días después, con la muerte de Víctor Laínez, en centro hospitalario en el que fue ingresado a causa de la agresión sufrida.

En su alegato final, tan sólo a preguntas de su abogado al declinar que se le interrogara por las otras partes –Fiscalía, acusación particular -la familia- y la acusación popular -VOX-, ha lamentado lo sucedido.


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«Lamento lo que ha pasado. Siento mucho que una persona haya muerto. Actué porque se me atacó. Lamento el dolor de la familia de Laínez. Espero que puedan entender que sólo estaba defendiéndome, creí que iba a morir. Actúe pensando que podía aturdir a una persona pero no que pudiera morir», ha explicado emocionado al final de su declaración.

LA VERSIÓN DE RODRIGO LANZA

El presunto asesino ha relatado lo que vivió la madrugada del 8 de diciembre, del año 2017, en el interior del bar ‘Tocadiscos’, así como las horas previas a la llegada del bar donde estuvo bebiendo en otros locales de la zona junto a unos amigos.


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Sobre las 3 de la mañana, según ha explicado el presunto culpable del asesinato, acude junto a tres conocidos al bar ‘Tocadiscos’, en las inmediaciones de la plaza San Miguel de la ciudad aragonesa. Dentro del bar, Rodrigo Lanza ha relatado que el asesinado, Víctor Laínez, le gesticuló con la cabeza y el presunto culpable se acercó «para hablar con él».

Lanza reconoce que la conversación fue «incómoda y tensa», pero que en ningún momento hubo por parte de los dos, Lanza y Laínez, «ni amenazas ni se levantó la voz«. Sin embargo, ha apuntado Lanza, «me dice que por ser chileno no debo estar ahí», lo cual ha explicado Lanza que «era un racista y me voy de ahí» al otro lado del bar con sus compañeros.


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Sus compañeros le insinúan a Rodrigo Lanza que desde que habló con Víctor Laínez, éste no paraba de enviar mensajes. Al igual que le avisó de que Laínez, «era un conocido fascista de la zona». Por todo ello, siempre según la versión de Lanza, se apresuran a terminar sus copas para salir del bar por si acude algún amigo de Laínez».

En el momento de llegar a la puerta, es cuando se precipitan los hechos que terminan en el asesinato de Víctor Laínez. 

«Llego a la puerta, la abro, y en ese momento mi amigo gritó ‘cuidado lleva una navaja’, en ese m omento me cubrí, el hombre se abalanza contra mí con una navaja, le doy una patada como de instinto dándole en el torso, pero el hombre sigue yendo hacía a mí. Me meto entre las dos puertas del bar y entro en pánico. Creo que me puede matar, le doy unos puños hasta que cae al suelo. Por el terror de que me clavara un cuchillo, le di más golpes en el suelo».

Posteriormente, cuando Víctor Laínez yacía en el suelo ensangrentado por los golpes recibidos, el presunto culpable abandonó el local ‘Tocadiscos’ con sus acompañantes por el «miedo» a todo lo que había pasado. 

Según la investigación de la Policía Nacional junto a los peritos, en ningún momento se ha encontrado una navaja en el lugar de los hechos.

La sangre de Víctor Láinez en el bar ‘Tocadiscos’ después de la paliza mortal / HOY ARAGÓN

Respecto al motivo de porqué atacó al zaragozano Víctor Laínez, según se ha apuntado en la instrucción de que el móvil era un delito de odio por vestir con unos tirantes de la bandera de España, Rodrigo Lanza ha reconocido que «no vi en ningún momento los tirantes de España»

La defensa durante el interrogatorio a su cliente, Rodrigo Lanza, alude a una posible falta de profesionalidad o mal trato dispensado a Rodrigo Lanza durante su detención por parte de los agentes de la Policía Nacional.

25 AÑOS DE PRISIÓN

La Fiscalía solicita una condena de 25 años de prisión para Rodrigo Lanza Huidobro por el presunto asesinato por odio, con alevosía y ensañamiento, de Víctor Laínez, así como el pago de una indemnización de 150.000 euros a la familia de la víctima y de 5.600 al Salud, presente en la causa como actor civil, por los gastos generados.

Esta petición es la misma planteada por el representante legal de la acusación particular en nombre de la familia de la víctima, el letrado zaragozano Juan Carlos Macarrón, quien sostiene que el acusado se sirvió de un objeto contundente en sus manos para causar mayor daño.