Sucedió en noviembre del año pasado. La llamada de varios vecinos diciendo que había un hombre amenazando a los viandantes con un arma de fuego en plena calle alertó a la Policía. En cuestión de minutos dos patrullas flanqueaban la calle Boggiero, en el barrio de San Pablo o ‘El Gancho‘, y daban el alto al hombre de 31 años que empuñaba un revolver.


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En la mañana de ayer, al juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza acudían los agentes que intervinieron aquel día. Han explicado a los magistrados que se sintieron amenazados y por eso dispararon a Tahirou N quien recibió un disparo en la pierna, y le abatieron para poder anular el peligro.

«Apuntaba a menos de dos metros al compañero que estaba parapetado en el coche policial y si llega a disparar habría sido letal«, explicaban fuentes cercanas al caso. Los agentes personados como acusación han insistindo en que su reacción fue la proporcional para defenderse de una agresión.

ARMA Y MUNICIÓN REAL

Una perito de Policía Científica ha declarado que tanto el arma que portaba el acusado como la munición eran auténticas. «Si esa munición llega a ser la correspondiente al tipo de arma hubise disparado», ha explicado en el juicio.

El detenido, defendido por la letrada Carmen Sánchez, ha estado presente en todo momento en la vista. Su abogada ha insistido en que el tiroteo se realizó incluso cuando el estaba de espaldas, sin intención de disparar contra los agentes.


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En el juicio también se ha podido conocer el informe médico de la bala que hirió al acusado y que, según dicho informe, entro por la parte delantera del muslo teniendo un orificio de salida por la parte trasera.

Las partes se han apoyado en los vídeos que aquella tarde vecinos y curiosos realizaron en el lugar de los hechos para intentar demostrar si había intención o no de agresión por parte del acusado a los policías nacionales allí presentes.