El ataúd con los restos de Katia Altamirano, asesinada por su ex pareja el pasado 23 de mayo en el barrio de Las Fuentes, en Zaragoza, llegaba la noche del pasado sábado a Nicaragua y era trasladado a la vivienda de su madre, Concepción, en la Colonia Gracsa, un barrio de la localidad de Chinandega, a 140 kilómetros de la capital del país, Managua.

Casi tres semanas después de su asesinato por parte de su ex pareja, y tras solicitar la familia ayuda para poder repatriar el cuerpo de la joven de 37 años, por fin familiares y amigos despedían este domingo a su compatriota en el cementerio de Nuevo Portal de la Luz, en la localidad donde reside gran parte de su familia.

HOY ARAGÓN ha podido conocer esta información gracias a la periodista local Belkiss Medina, quien ha trasladado de parte de la familia de la víctima el agradecimiento a la ciudad de Zaragoza por haber ayudado en la repatriación del cuerpo de Katia. «La familia ya ha podido por fin dar el último adiós a Katia y enterrarla en su ciudad natal», explican.

El sentido y doloroso adiós en la Colonia Gracsa a Katia Altamirano / Cedida

5.450 EUROS, LOS GASTOS DE REPATRIACIÓN

El alto coste de repatriación del cuerpo de Katia y el protocolo establecido en tiempo de pandemia ha retrasado el entierro en su Nicaragua natal de la última víctima de violencia de género en Aragón. El Ayuntamiento de Zaragoza confirma a HOY ARAGÓN que se hicieron cargo del coste del traslado de los restos mortales de la joven nicaragüense hasta su país. Un total de 5.450 euros que la familia no podía asumir y que desde Nicaragua agradecen, a pesar del tiempo de espera. «Entendemos el retraso aunque lo hemos vivido con mucho dolor, y agradecemos a las autoridades locales de Zaragoza su esfuerzo económico y vital para con nuestra hija y hermana», cuentan a este diario.