La viuda del ganadero asesinado por el criminal serbio Norbert Feher, Igor el Ruso, junto a los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero el 14 de diciembre de 2017 en una zona rural de Andorra (Teruel) ha criticado hoy la falta de seguridad que se vivía en la comarca desde semanas atrás a causa de la presencia de un delincuente peligroso.


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En la tercera sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Teruel contra Feher por estos hechos, Isabel Febrero, que tenía con el ganadero en esos momentos un hijo de 4 años, ha lamentado la falta de «dispositivos especiales» para la detención de un delincuente que había protagonizado varios robos y dos intentos de homicidio en el municipio de Albalate del Arzobispo.

Según ha explicado, seis días antes de los crímenes hubo una batida con perros y helicópteros entre Andorra y Albalate, «pero ya nada más, y los pobres guardias civiles estaban haciendo lo que podían y como podían».

La mujer ha relatado que el mismo día de los crímenes su esposo, José Luis Iranzo, le llamó para decirle que habían entrado a robar en su caseta rural (masico) y quedar con ella para tomar un café.

Ha asegurado que el aviso del robo no le sorprendió ya que desde hacía unos días se tenía conocimiento entre los vecinos de la zona que el referido delincuente se iba desplazando de forma estratégica desde Albalate en dirección a Andorra.

En respuesta a las preguntas de su abogado, Enrique Trebolle, ha comentado que pidió a su marido que tuviera cuidado dado que esta persona era «peligrosa» ya que nueve días antes había perpetrado en Albalate dos tentativas de homicidio con una pistola.


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La noticia de la muerte de su marido se la dio de forma oficial un responsable político de la zona mientras, ha criticado, «iba corriendo del cuartel al centro de salud (de Andorra) intentando saber qué es lo que estaba pasando, sin que nadie me dijera nada».

Ante el jurado que enjuicia el caso, Isabel Febrero ha denunciado la falta de información existente en la zona en los días previos a los crímenes en relación a la presencia de un delincuente peligroso que operaba por la zona robando en casas de campo.

Durante la vista han declarado, además, los dos agentes de la comandancia de Castellón que detuvieron al criminal serbio después de que éste sufriera un accidente en el vehículo robado al ganadero cuando huía en dirección a Valencia.


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Han destacado que hallaron a Feher dormido bajo una encina, con una pistola junto a su pecho que llevaba una bala en la recámara preparada para disparar, así como un machete de grandes dimensiones y un cinturón con la pistola de uno de sus compañeros asesinados.

El vehículo, con una rueda pinchada, estaba detenido en la cuneta de la carretera que le llevaba desde Teruel hacia Valencia. Estos agentes han añadido que leyeron al detenido sus derechos en español y que éste no les contestó, aunque advirtieron que podía ser de nacionalidad extranjera.

Según ha explicado uno de estos agentes, Feher, cuya fuga se prolongó por espacio de tres o cuatro horas, «estaba boca abajo pero con la cara ladeada hacia nosotros. Al ver la luz de las linternas se movió y pudimos ver que tenía una pistola cromada justo debajo de la cara».