El Gobierno de Aragón va a plantear al Gobierno de España una desescalada en cuatro fases, que se prolongaría hasta el 8 de junio, y por distintas «capas poblacionales» en cada una, incluyendo a las ciudades, aunque comenzaría por el medio rural donde la tendencia marca que la incidencia del coronavirus es más baja y la mortalidad más limitada.


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El director general de Salud Pública, Francisco Falo, y el comisionado de la lucha contra la despoblación, Javier Allué, han explicado este lunes en rueda de prensa la propuesta que Aragón va a trasladar al Gobierno central para un proceso que va a ser «pilotado» por el Gobierno de España, que les gustaría que contara con «consenso y cohesión territorial» pero también tuviera en cuenta las «respuestas modulares» a situaciones diferentes, según Falo.

La propuesta de Aragón, que se corresponde con un inicio por territorios más despoblados y por tanto con menos posibilidades de transmisión, será compartida por otras comunidades que también abogan, por incorporar el reto demográfico en la desescalada, ha dicho Allué, al tiempo que permite, según Falo, que se pueda detectar en esos municipios de menos de 5.000 habitantes «un cambio de tendencia» en la evolución de la pandemia.

CUATRO FASES

Allué ha justificado además este documento «sencillo y razonable» en que casi todas las zonas básicas de salud aragonesas situadas en zonas rurales han tenido una incidencia de casos graves «por debajo del uno por mil habitantes semana tras semana» y también en que la dispersión y la densidad de población debería jugar ahora «en beneficio» del medio rural.

El plan propuesto por Aragón prevé así una primera fase de desescalada hasta el 2 de mayo para los municipios de menos de 5.000 habitantes, excluidos los del área metropolitana de Zaragoza por su contacto con la capital. En ellos se levantaría el confinamiento de forma moderada y se restringiría la movilidad al interior del municipio. Se podría salir a la calle y los huertos, hacer ejercicio de forma individual e incluso los pueblos de menos de mil habitantes podrían abrir actividades no esenciales.

En una segunda fase, del 2 al 15 de mayo, y siempre que los datos acompañen, se abriría a municipios de 5.000 a 10.000 habitantes, en los que se levantaría el confinamiento general y se restringiría la movilidad a los mismos, sin incluir al área metropolitana de Zaragoza, aunque sí a los pueblos de hasta 5.000 habitantes dentro de la misma.

Además, en esta fase, los municipios de menos de 5.000 habitantes podrían abrir comercios no esenciales y se podría abrir la circulación entre los que estén libres de coronavirus. Esta fase afectaría a 842.000 habitantes aragoneses, ha dicho Allué.


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La tercera fase se llevaría a cabo del 16 al 29 de mayo y se ampliaría a municipios de entre 10.000 y 20.000 habitantes, excluidos Utebo, Cuarte y los del área metropolitana de Zaragoza, por lo que afectaría la medida a Monzón, Barbastro, Jaca, Ejea, La Muela o Alcañiz, donde se levantaría el confinamiento con movilidad restringida en el municipio.

En este misma fase, los de menos de 5.000 habitantes, excluida el área metropolitana, ya podrían recuperar un estado general de «normalidad» con posibles actividades de hostelería con determinados límites, incremento de los puestos de trabajo presenciales, actividades de cuidado y atención personal o peluquerías.

La cuarta fase, del 30 mayo al 8 de junio, sería para los municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes que se podrían incorporar y abrirse a la circulación en función de la evolución del coronavirus.

E incluido la ciudad de Zaragoza, Huesca y Teruel, siempre y cuando se permita por la evolución de la pandemia en estas ciudades.

Desde el Gobierno de Aragón se aclara que la propuesta está más enfocada al medio rural, no tanto a las poblaciones con más densidad de habitantes -Zaragoza, Huesca y Teruel- que estarán más en consonancia con las medidas que plantee el Gobierno de España.


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Falo ha incidido en que la propuesta de empezar por pueblos de menos de 5.000 habitantes, que ya avanzó este domingo el presidente de Aragón, Javier Lambán, afectaría al 20 % de la población aragonesa, lo que permitiría detectar un cambio en la tendencia lo que es «muy importante» dado que el desescalamiento debe ir «ligado a la vigilancia» y, en este sentido, ha advertido de que cuando aparece un caso en poblaciones pequeñas la incidencia «se dispara».

Allúe, por su parte, ha mostrado su convencimiento de que estas motivaciones las darán también otras comunidades autónomas y están en la línea de la «asimetría» o la singularidad territorial planteada por el Gobierno central.

Ha apuntado Allué que en las cuatro fases planteadas en Aragón se incorpora a toda la población, sí bien ha resaltado que existen 628 municipios, del total de 730, que tienen menos de mil habitantes y suman unos 140.000 habitantes. De menos de 5.000 habitantes son unas 650 poblaciones que suman 300.000 habitantes, el 22 % de la población de Aragón, donde el 51 % reside en Zaragoza.

En cualquier caso, las fases estarán sometidas a los indicadores de salud de las diferentes zonas respecto a la evolución de la pandemia en las mismas, según el comisionado para la despoblación, quien ha apuntado que «sólo se podrán dar pasos atrás si se va a avanzando».