ZARAGOZA – La colocación de símbolos independentistas en calles de Zaragoza y Fraga y en la cruz que corona la cima del pico Aneto, uno de los emblemas de Aragón, ha provocado como respuesta inmediata el rechazo unánime de la sociedad y de las instituciones aragonesas.

A las manifestaciones de condena de montañeros, partidos e instituciones se ha sumado la iniciativa de la Fiscalía de Huesca de abrir diligencias de investigación para determinar la existencia de posibles responsabilidades penales en relación a los daños causados a la cruz del Aneto.


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Responsabilidades penales que podrían derivar en imputaciones por un presunto delito cualificado de daños y por otro contra el patrimonio natural.

VARIAS DENUNCIAS

Los hechos han motivado también la presentación de una denuncia del Gobierno aragonés, según publica este periódico en el día de hoy, ante la Jefatura de Policía de Zaragoza para instar una investigación en torno a los lazos amarillos colocados en diversos espacios urbanos de la capital aragonesa y en el Aneto.

También el alcalde de Benasque, Ignacio Abadía, ha expresado a Efe su intención de interponer una denuncia por la agresión perpetrada a la cruz del Aneto por unas personas sin identificar que ha tachado de «energúmenos adoctrinados desde la escuela y que no saben ni de geografía ni de historia de España«.

Un reproche que ha dirigido contra el sector independentista y a sus continuos intentos de «apropiarse» en mapas y libros de texto del pico Aneto, la más alta y emblemática cumbre del Pirineo aragonés.

LA UTILIZACIÓN POLÍTICA DEL ANETO

Otro de los ámbitos directamente afectados ha sido el de los montañeros, donde los daños causados al Aneto han provocado pena y pesar por la utilización de una cumbre de un gran valor simbólico en Aragón para defender ideas políticas.


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Este el mensaje que ha trasladado el presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), Luis Masgrau, quien recuerda que la cruz dañada fue colocada en 1951 a instancias del Club Excursionista de Cataluña, con el apoyo de montañeros de Aragón y de otras partes de España.

Según explica, la cruz y la imagen de la Virgen del Pilar que colocaron en 1956 montañeros aragoneses en la cumbre son para los aragoneses «un emblema, independientemente de su significado religioso».

«Este fanatismo es tan extremo que incluso gente a la que le gusta la montaña no se para a pensar si no hay otras formas de reivindicar su ideas, porque la libertad es maravillosa si se ejerce con respeto», detalla.