ZARAGOZA – El presidente del PP de Aragón, Luis María Beamonte, ha considerado hoy que el «ciclo» del jefe del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán, va acabando, y eso es positivo porque ha sido el «más inmovilista» que ha tenido la Comunidad y solo ha puesto en práctica «recetas trasnochadas».

En su intervención en la segunda sesión del debate sobre el estado de la Comunidad y en respuesta al discurso que ayer pronunció Lambán, Beamonte ha apuntado que al presidente le faltó «sensibilidad, cercanía y cariño» hacia los ciudadanos y le sobró «prepotencia» y «mucha soberbia», la que le lleva a «no reconocer su debilidad» y a «imponer en lugar de negociar».


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A falta de ocho meses para las elecciones autonómicas, Beamonte ha vuelto a censurar el pacto «fingido» de los partidos de izquierdas que hizo presidente a Lambán en julio de 2015, que no funciona porque «solo genera beneficios a quienes lo firmaron» y que tiene como base «el mantenimiento de los sillones de la plaza del Pilar y el Pignatelli«.

EL FIN DE CICLO

A su juicio, Lambán llegó a ser presidente por dos circunstancias. La primera porque «le interesó a la izquierda radical en el Ayuntamiento de Zaragoza«, y la segunda porque el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, «no encontró la manera de aniquilarle sin mancharse las manos«.

Beamonte ha dedicado gran parte de su intervención a hablar de impuestos, en concreto de la recientemente aprobada reforma del de Sucesiones, que Lambán aceptó sólo cuando vio que «electoralmente podía pasarle factura» no modificarlo.

«Atracar el bolsillo de los aragoneses va en su propia naturaleza», ha lamentado después de reclamarle a Lambán que en la negociación de los presupuestos de la Comunidad para 2019 se libere de las «cadenas de Podemos» para incluir en las cuentas un cambio en la política fiscal que le evite pasar a la historia como «el gran confiscador de los ahorros de los aragoneses».


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LAMBÁN RESPONDE

Lambán ha insistido en este aspecto que en la reforma del impuesto el PP «fue a remolque» del pacto alcanzado por el PSOE y Ciudadanos para conseguir armonizar lo que pagan los aragoneses con lo que pagan el resto de españoles.

Ha añadido que cuando el PP está en la oposición critica el «infierno fiscal», pero cuando llega al Gobierno sube los impuestos, como hizo Mariano Rajoy en el Ejecutivo nacional, con un incremento del IVA y el IRPF que supuso una subida de la recaudación de 23.000 millones de euros, 500 en Aragón, que contrastan con los 100 que supuso la subida impositiva del inicio de esta legislatura en la Comunidad.

Pero a juicio de Beamonte, Lambán dibujó ayer un Aragón que no existe, porque habló de logros que no lo son, por ejemplo en Educación, área en la que se ha referido a los barracones, a la paralización del modelo bilingüe, al retraso en el pago del cheque de libros y al «ataque a las familias y la libertad» (en referencia a la educación concertada).

Y también en Sanidad, donde la «pésima gestión» ha alcanzado «el culmen», porque ha fracasado en infraestructuras, en políticas de personal, en garantizar un acceso equilibrado a los servicios sanitarios y en impulsar los hospitales del territorio, mientras se han derivado 21 millones de euros más a la privada, siendo incapaces aún así de reducir las listas de espera.

La falta de una estrategia para Aragón se ejemplifica para Beamonte en la lucha contra la despoblación, para la que el Gobierno elaboró una directriz y nombró un comisionado, dejando a CHA sin competencias, con la excusa de la transversalidad, «esa palabra que utiliza para justificar que no van a hacer nada».

«EXTREMISTA, RADICAL, REVANCHISTA»

Beamonte ha cargado contra la ley de Memoria Democrática, por «extremista, radical, revanchista y revisionista», y contra la de actualización de los Derechos Históricos, que «pone en riesgo la igualdad de todos los españoles» y es de «dudosa constitucionalidad».

Lambán hizo muchas promesas, ha agregado, porque es un «presidente anuncio«, pero no podrá cumplir en estos meses lo que no ha hecho en tres años y medio, ha vaticinado, porque ha quedado demostrado que aún con más recursos y crecimiento de la economía no es capaz de poner en marcha políticas de éxito.


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Beamonte se ha comprometido a escuchar a los aragoneses y a trabajar por sus problemas «sin sectarismos ni agravios» desde el «centro reformista», porque para que la sociedad mejore se necesita un «aire renovado desde la libertad, la igualdad y el respeto».

Lambán le ha replicado que el PP no tiene proyecto, sino «antiproyecto», que ha ido siempre «por detrás de los acontecimientos» y que tiene un líder con «una habitación en el extrarradio de la política aragonesa».