Una expectativa de vida inferior a 1-2 años, la edad biológica o el «valor social» del paciente son algunos de los nuevos criterios que los médicos intensivistas creen que hay que tener en cuenta para decidir el ingreso en la UCI de una persona infectada de coronavirus mientras dure la pandemia.


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Así se recoge en el documento: ‘Recomendaciones éticas para la toma de decisiones en situación excepcional de crisis por pandemia COVID19 en las unidades de cuidados intensivos», de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), que cuenta con el aval de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Los intensivistas prevén un «desequilibrio temporal» entre las necesidades clínicas y los medios disponibles a causa del coronavirus, por lo que consideran «lícito» establecer un «triaje» de ingreso de los pacientes, basado «en el principio de justicia distributiva» y evitando seguir el criterio habitual de «el primero en llegar, el primero en ingresar».

Consideran que una situación «excepcional«, como la que se puede generar, se debe manejar como las situaciones de «medicina de catástrofe».

Así, el documento recomienda «valorar cuidadosamente» el beneficio de ingreso de pacientes con expectativa de vida inferior a 1-2 años, no ingresar a personas en las que se prevé un beneficio mínimo, priorizar a la persona con más años de vida ajustados a la calidad de la misma o tener en cuenta «el valor social de la persona enferma».


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No obstante, «de momento no se puede decir que haya colapso en las UCI españolas, en general, aunque hay hospitales que ya están en una situación complicada, en la que todas las camas están ocupadas y están utilizando camas de otras áreas, lo que produce saturación«.

Lo ha asegurado este viernes  el doctor Pedro Rascado Sedes, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela y coordinador del Plan de Contingencia de la SemicYuc, otro documento hecho público esta semana que hace una estimación de las necesidades de las UCI para dar respuesta a todos los escenarios en función de cómo evolucione la pandemia.

«Tenemos que prepararnos para que no nos pille por sorpresa», advierte el doctor Rascado, quien insiste en que la situación de las UCI «no es homogénea» en todo el país, ni siquiera dentro de las mismas comunidades autónomas.

Utilizar un criterio «estricto» de ingreso en estas unidades significa que hay que «valorar adecuadamente la necesidad que tiene el paciente de ser atendido con unos recursos que no se le pueden aportar en planta«, asegura.


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«Es garantizar -en una situación en la que va a haber más enfermos graves- que todos los pacientes que ingresan en la UCI es porque lo necesitan«, insiste este intensivista.

En ese sentido, el documento de ética advierte de que «admitir un ingreso puede implicar denegar otro a otra persona que puede beneficiarse más»

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