Aragón cuenta desde hoy con presupuestos para 2018, dos meses más tarde de lo que marca el Estatuto de Autonomía pero dos y medio antes que en el ejercicio de 2017, tal y como han aprobado hoy las Cortes de Aragón con el voto a favor de los grupos de la izquierda.

Los presupuestos de Aragón para 2018 ascienden a 6.162 millones, de los que 5.303,6 corresponden al gasto no financiero, un 4,9 por ciento más que en el ejercicio pasado.


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En el debate y votación definitiva de las cuentas, que se ha prolongado durante ocho horas, los grupos que sostienen al Gobierno, PSOE y CHA, han recabado el apoyo de los que votaron a favor de la investidura de Javier Lambán para aprobar unos presupuestos que algunos de los portavoces de la oposición han sugerido que podrían ser los últimos.

Nada más acabar el debate, superado el turno de la explicación de voto, Lambán se ha apresurado a tender la mano al secretario general de Podemos, Nacho Escartín, a la portavoz de IU, Patricia Luquin, y al presidente de CHA y consejero de Vertebración del Territorio de su Gobierno, José Luis Soro.

El debate comenzó a medio gas, con muchas ausencias debido a que muchos diputados sufrieron las consecuencias del temporal de nieve que azota a todo Aragón, pero finalmente los 67 parlamentarios pudieron ocupar sus escaños a media mañana y todos ellos estuvieron presentes en la votación, que se celebró en torno a las seis de la tarde.

En el transcurso del debate se escuchó los mismos argumentos que tanto la oposición como el Gobierno han mantenido durante el trámite parlamentario de las cuentas.

EL INTERCAMBIO DE SILLONES

Para el PP, las cuentas son un «intercambio espurio» con el Ayuntamiento de Zaragoza encaminado a que tanto el presidente aragonés, Javier Lambán, como el alcalde, Pedro Santisteve, mantengan su sillón, y «nada tienen que ver con el proyecto común de la izquierda», según lamentó la diputada popular Marián Oros.

El PP lamentó que los presupuestos «obvien» partidas para combatir la mayor lacra de Aragón en la actualidad, que es la despoblación, y también que el «rodillo», al que también se refirió desde el PAR, no haya aceptado más que una enmienda de los populares.

Para el PP, conceptos como consenso, acuerdo, diversidad ideológica o respeto a los votantes del partido que ganó las elecciones quedaron ayer «enterrados» por el Gobierno de Javier Lambán.

EL PSOE SACA PECHO

Los grupos que apoyan al Gobierno, sin embargo, hicieron hincapié en que las cuentas son la herramienta que tiene un Ejecutivo para desarrollar las políticas y que es lógico que las de los partidos que lo sustentan no tengan nada que ver con las de la oposición.

Tradicionalmente, recordó desde el PSOE Alfredo Sancho, el PP y el PAR, cuando gobernaban, tenían un índice de aceptación de las propuestas de modificación mucho menor.


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Para el PSOE, son unos presupuestos que tienen la clara voluntad de incrementar la actividad económica y recuperar los recortes del anterior Gobierno, además de hacer crecer la inversión pública.

E insistió, tras agradecer el apoyo a Podemos e IU, que las cuentas reflejan un «proyecto político» y tienen la aspiración de «cumplir» con los aragoneses.

«La demostrada capacidad de gestión del Gobierno dará respuesta a las prioridades y necesidades de los aragoneses», añadió Sancho.

LA FERTILIDAD DE PODEMOS

Podemos asumió que las cuentas no son suyas y que quienes las gestionan son el PSOE y CHA, pero el secretario general, Nacho Escartín, defendió la «política fértil» que desarrolla la formación morada que ha servido para confrontar propuestas con el equipo de Gobierno y lograr unos «resultados notables».

Sin embargo, la portavoz de Podemos, Maru Díaz, recordó que después de pactar las cuentas, antes de su aprobación por el Consejo de Gobierno y después, en el trámite de enmiendas, ahora el turno es del Ejecutivo y que en la votación de hoy acaba la responsabilidad de su grupo, ha advertido.