La antigua Imprenta Blasco de Zaragoza, cuyo interior alberga joyas de patrimonio industrial de finales del siglo XIX y principios del XX, estará adecuada como espacio museístico a finales del próximo año, fecha para la que también estarán disponibles los 26 apartamentos sociales que se rehabilitarán en las cuatro plantas superiores.

Ubicado en pleno Casco Histórico junto a la Audiencia Provincial, la rehabilitación de este edificio supondrá un nuevo impulso a la revitalización del entorno junto a los Baños Judíos, el Mercado Central y el Palacio de Fuenclara, que actualmente tiene en fase de redacción el proyecto de consolidación.


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De este trabajo se encargará la Asociación Empresarial de Artes Gráficas, Papel y Manipulados de Aragón (Aegraf), que cuenta con una partida de 50.000 euros para realizar un «trabajo de chinos» como definió ayer Pedro Martínez, miembro de la junta de la entidad.

Según el vicepresidente de la Asociación, Bernardo Torcal, se intentará arreglar todo lo que tenga valor industrial de entre la docena de máquinas y otra treintena de bienes que todavía permanecen en el inmueble, entre ellas varias guillotinas manuales, una linotipia, una máquina de impresión de billetes del antiguo tranvía, una impresora de cartelería, letras de plomo y madera, armarios y chibaletes.

Un edificio que forma parte de la historia de la ciudad / AZ

El conjunto lo conforman tres edificios construidos por la familia Blasco entre los años 1921 y 1938: el primero de los cuales da a la Plaza Ecce Homo en su medianil izquierdo, el segundo a la calle Paraíso en su medianil derecho y el tercero que conecta los tres edificios con una sola escalera con entrada desde la plaza.

El cierre de la imprenta en 1999 puso fin a un siglo de historia de las artes gráficas en Aragón y que se puede conocer a través de su maquinaria y enseres.

Por ello, el espacio museístico, como explicó el concejal de Cultural Fernando Rivarés, girará en torno a tres conceptos: el primero, en el que se explicará lo que supuso esta imprenta como motor industrial en Aragón, el oficio de impresor y su evolución; otra dedicada a la comunicación humana y la aparición de las nuevas tecnologías; y una tercera dedicada a la clase obrera, dado que fue en este sector en el que los trabajadores tomaron conciencia política.

La rehabilitación forma parte del convenio firmado con la empresa Mariano López Navarro e incluye la transformación de las antiguas 17 viviendas en 26 apartamentos y la construcción de otras cuatro en la calle Galoponte, así como la cesión de un terreno para una promoción de 62 viviendas de protección oficial en Valdefierro.


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Los 390.000 euros de diferencia entre el coste de la parcela de Valdefierro y la rehabilitación del edificio de la imprenta se destinarán a la adecuación de la planta baja como espacio museístico.

El proyecto se llevará próximamente a la Comisión provincial de Patrimonio para su validación con el fin de que sea aprobado por el Gobierno de la ciudad en septiembre y las obras, que tienen un plazo de ejecución de doce meses, puedan comenzar en noviembre.