El presidente de Aragón, Javier Lambán, aseguró ayer que la aprobación del cupo vasco es «difícilmente explicable» en «términos democráticos«, toda vez que ensancha la desigualdad entre Euskadi y el resto de España.


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Éstas fueron las palabras del presidente del Gobierno aragonés antes de asistir a la gala de conmemoración de los 40 años de CEOS-Cepyme Huesca, en la que también está presente el máximo cargo de la patronal, Juan Rosell.

Durante sus declaraciones a los medios sacó a colación este asunto sobre el que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tuvo que hablar hace pocos días para apaciguar el malestar de algunos barones socialistas, reacios al apoyo del partido al cupo vasco.

A Lambán, por tanto, preguntado por los periodista por la reforma del modelo de financiación autonómica, cuya entrada en vigor no ocurrirá antes de final de año como establece el compromiso adoptado en la Conferencia de Presidentes de enero.

Tras recordar que el vigente sistema es «obsoleto» y deja «desamparadas» a las comunidades por cuanto no favorece la financiación de los servicios públicos, el presidente aragonés ha recalcado que sería de «excesivamente ingenuos» pensar que, dadas las fechas actuales, habrá renovación del modelo en 2017.

Igualmente, Lambán remarcó que su Gobierno es colaborador con el de Mariano Rajoy cuando éste le requiere propuestas, como está sucediendo ahora. «Hemos respondido siempre, pero respondemos con respeto al Estatuto«, apostilló el presidente.

Lo que transmitirá el Ejecutivo de Aragón al central es que la reforma debe tener en cuenta aspectos esenciales en la comunidad como la dispersión de la población y su envejecimiento.

Lambán, de paso, se referirió a la reciente aprobación en el Congreso del nuevo mecanismo de cupo vasco, sobre la articulación de las vías de financiación de las competencias que ejerce el Estado en dicho territorio.

«No nos ha gustado a nadie» esta aprobación, enfatizó el presidente de Aragón, ya que se ahonda en «la desigualdad entre el País Vasco y el resto de los españoles«. Y por ello, sentenció, «en términos democráticos es difícilmente explicable».