La Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Aragón ha denunciado hoy el «acoso» de la Policía Local hacia los manteros de Zaragoza, unos 200 que trabajan en la zona del centro y en el mercado ambulante de la Almozara, conocido como el rastro.

El presidente de la asociación, Idrissa Gueye, ha comparecido hoy en una rueda de prensa para informar sobre las quejas que han recibido recientemente sobre la actuaciones policiales que comprenden persecuciones en la calle o retirada de la mercancía «sin justificante«.


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«Si salen varios casos, convocamos a todos los manteros para elaborar un dossier y en la mayoría de casos son delito de atentado, ya que la policía se aprovecha de un mantero que no habla bien castellano«, ha manifestado el portavoz mientras mostraba los documentos recabados, que ya han hecho llegar al Ayuntamiento de Zaragoza.

En total se trata de unos quince casos «recientes», ha explicado Gueye, que se dan en su mayor parte «a partir de Pilares y hasta Navidad».

La causa de los manteros será una de las que se defenderá este sábado 14 de abril en una cadena humana «contra el racismo institucional» que tendrá lugar desde la plaza España hacia la plaza Aragón de Zaragoza a las 12.00 horas.

«Un mantero murió en Murcia, en Salou, ahora en Madrid… La preocupación que tenemos es que este hecho no pase aquí», ha expresado Gueye, quien ha indicado que en la iniciativa de este sábado contarán con el apoyo de más de diez colaboradores como entidades sociales y sindicatos.

El presidente de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Aragón ha leído el manifiesto de esta iniciativa en la que claman por el fin del «acoso, intimidación, extorsión y expulsiones».

En este documento critican que cada semana muchos inmigrantes que «se ven obligados a sacar la manta acaban en comisaría, en el hospital, en un proceso penal, presos en un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), con una orden de expulsión o perdiendo su único medio de subsistencia».


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«Todas esas desgracias son el resultado de una ley injusta, una demagogia criminal, un abuso vergonzoso y una pasividad ciudadana imperdonable», continúa el manifiesto.