Las asociaciones vecinales Agustina de Aragón y Arco Iris, de los barrios zaragozanos de Romareda y Universidad, han manifestado su «rotunda oposición» ante la posibilidad de que el rastro vuelva a trasladarse a la explanada del campo de fútbol.

Las dos entidades se oponen a esta medida por las mismas razones que ya lo hicieron durante los años que el rastro estuvo en la zona, entre otras los «graves problemas de limpieza y de insalubridad» o la aglomeración de gente en un reducido espacio, señalan los presidentes de dichas entidades, Manuel Ortiz y Pablo Sánchez, respectivamente.

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Para Manuel Ortiz, su oposición al traslado “no es un capricho” y recuerda los «problemas de inseguridad» que sufrieron durante años, suciedad o dificultades de aparcamiento que los vecinos no quieren que «se vuelvan a repetir”.

Además, el presidente de Agustina de Aragón advierte de que los problemas «se verían agravados porque en la actualidad la superficie es menor tras la reforma de la plaza”.

Estas entidades vecinales también se quejan de que el equipo de Gobierno no les ha consultado al respecto y «simplemente se ha reunido con los vendedores ambulantes» cuando, aseguran, en la anterior etapa «los contactos eran permanentes a tres bandas y podíamos transmitir directamente nuestras quejas, pero ahora existe una falta total de transparencia”.

Manuel Ortiz y Pablo Sánchez también reclaman que se consulte a las juntas de distrito sobre el posible traslado y que se tenga en cuenta la opinión de todos los grupos municipales del Ayuntamiento al tratarse de una medida «con la que está en desacuerdo una amplia mayoría”.


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Los vecinos también defienden el comercio de proximidad que, a su juicio, se vería negativamente afectado por esta medida.