El fiscal del Tribunal Supremo Javier Zaragoza, recogió en el día de ayer el Premio Aragón 2019, la máxima distinción que otorga el Gobierno de Aragón.

Durante su discurso de agradecimiento, el fiscal aseguró que es «el primer garante defensor de la sociedad y el primer garante de los derechos y libertades que la Constitución proclama», en cada una de sus actuaciones judiciales.


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Especialmente, debido a la actualidad judicial, por el juicio del procés donde se juzgan los delitos de rebelión, sedición -entre otros- de los políticos separatistas en prisión preventiva.

Javier Zaragoza recogió el premio de manos del presidente de Aragón, Javier Lambán, en el transcurso de la celebración solemne del Día de Aragón en el Palacio de La Aljaferia.

Zaragoza (Alcorisa, Teruel, 1955), fiscal destacado en el juicio del procés que se celebra desde hace pocos meses, ha defendido la Fiscalía como una pieza «clave» de la arquitectura constitucional del Estado de Derecho.


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La magistratura fiscal, cada día, a través de las 1.500 personas que la componen, «hace realidad la promoción de la justicia, la defensa de la legalidad y la tutela de los derechos de los ciudadanos«, agregó.

Y en un intento de hacer pedagogía, insistió en que la sociedad debe conocer que el fiscal actúa siempre «bajo el sacrosanto imperio de la ley, cuyo cumplimiento es la clave de bóveda de una democracia parlamentaria» porque «no hay democracia sin respeto a la ley».

«La esencia de la democracia radica en la sujeción a la ley, en el sometimiento de todos, ciudadanos y muy singularmente los poderes públicos, a las leyes democráticamente aprobadas«, añadió el galardonado, quien recalcó que la ley es «el instrumento que sirve para garantizar una convivencia ordenada y pacífica en la que se respeten los derechos y libertades de todos».

Se confesó «enormemente orgulloso» de su condición de aragonés y de haber nacido en una tierra «forjada a lo largo de la historia en el respeto a los fueros y en los valores de la tolerancia, la concordia, el hermanamiento y la solidaridad» y que convirtió en seña de identidad «su decisiva contribución a la construcción de la España que hoy conocemos y queremos».


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También recordó su paso por la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Guipuzcoa, en unos años especialmente duros por la continua actuación criminal de la banda terrorista ETA; por la Fiscalía Especial Antidroga, centrada en la investigación del gran narcotráfico y del blanqueo de capitales, y por la Audiencia Nacional, donde ejerció de fiscal jefe entre 2006 y 2017, periodo en el que además de luchar contra ETA, participó en el juicio por el 11-M.

«Hoy, el terrorismo de ETA ya no existe. Pese a ello, nunca hemos bajado la guardia en el esclarecimiento de los atentados sin autor conocido», aseguró, para referirse especialmente al presidente del PP de Aragón en 2001 Manuel Gimenez Abad, asesinado por ETA el 6 de mayo de ese año.

«A pesar de los años transcurridos se ha conseguido identificar recientemente al presunto autor material del asesinato, y nos alegra que el momento de la justicia haya llegado», precisó.