El río Ebro vive momentos de inestabilidad cada año. Y, concretamente, durante los meses de mayo a julio el río más caudaloso de España sufre picos de máximo caudal con trágicas inundaciones de pueblos ribereños o periodos de sequía que simulan el estado de un río en emergencia.


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Hace tan sólo dos años, en pleno mes de junio, el río Ebro fue protagonista de los informativos de media España por su bajo caudal a su paso por Zaragoza. En ese momento se podía en algunos tramos cruzar el río de orilla a orilla.

O todo lo contrario: el año pasado el río Ebro sufrió una grave riada que asoló cientos de hectáreas. Llegó a temerse que fuera similar a la terrible riada del año 2015.

En el día de hoy otra foto del río Ebro a su paso por Zaragoza, cerca del azud, evidencia la inestabilidad del río Ebro.

Así está el río Ebro a finales de junio de 2019, a su paso por Zaragoza / Beatriz Benedicto

LA EXPLICACIÓN

España, debido a su orografía y geografía, padece periodos secos que afectan a las cuencas de los grandes ríos. En el caso de la cuenca del Ebro, los cambios en el aporte de agua son debidos a las distintas variaciones que se producen en la zona del valle del Ebro, en las áreas limítrofes con éste y en los Pirineos.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la región media del valle del Ebro es una de las más secas de Europa por estar azotada por un gran número de sequías.

El río Ebro a su paso por Zaragoza, en junio de 2017 / Meteo Aragón

De hecho, la grave situación vivida en la cuenca del Ebro -durante junio del año 2017- se tildó de “extrema emergencia” por la sequía. E incluso ese estado de alerta ambiental se mantuvo hasta finales de octubre del mismo mes.


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Las imágenes de junio de 2017 evidencian el grave contraste que vive la cuenca del valle del Ebro, largos meses de sequía con las imágenes de junio de 2018 del desbordamiento del río Ebro.

El desbordamiento del río Ebro en los pueblos de la ribera baja del Ebro, a pocos kilómetros de Zaragoza / EFE