El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha considerado este lunes que la capital aragonesa «ya no volverá a ser la misma» después de estos cuatro años de gobierno de ZEC (Zaragoza en Común), en los que han impulsado un cambio en todos los aspectos que ya es «irreversible».

En un encuentro con los medios de comunicación para hacer balance de legislatura, Santisteve ha asegurado que «no hay marcha atrás» en la participación vecinal, en la compra de autobuses ecológicos o en la introducción de cláusulas de género en la contratación pública, cuestiones que la ciudadanía ya ha hecho propias.

Durante su alegato político, no ha mencionado ni su reprobación por toda la oposición en el pleno municipal -siendo el primero de la historia-, ni la huelga de autobuses más larga de la historia, ni los gastos poco justificados para viajes de la órbita de Podemos con dinero público, ni la nula inversión pública en equipamientos municipales, entre otros grandes temas que han centrado la crítica a su gestión.


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PRIMERA MEDIDA ELECTORAL

Acompañado por los otros siete concejales que conforman el Gobierno de ZEC, ha aprovechado el balance para anunciar una nueva medida: la creación de un espacio de conciliación familiar para atender a los pequeños por horas.

Este centro, que no está concebido como una escuela infantil, estará abierto las 24 horas para ayudar en la conciliación, especialmente en familias monoparentales o con pocos recursos.

Una propuesta con tintes electorales lanzada a pocos meses del fin de su gobierno durante esta legislatura, y del que por el momento se desconoce quién será el candidato de Zaragoza en Común, o si concurrirá junto a Podemos. Es más, el alcalde Santisteve tiene la intención de volver a encabezar la candidatura aunque deberá estar sujeto a la decisión de la confluencia de Zaragoza en Común.

EL BALANCE DE SU GESTIÓN

Ha reivindicado que, pese a la «losa» de la deuda heredada, este equipo de gobierno ha reducido el periodo de pago a proveedores, ha reducido en 64 millones de euros la deuda a las grandes contratas y ha bajado los impuestos al 99 por ciento de los zaragozanos.

Todo ello siguiendo una filosofía de «cotidianidad» en la política, donde «lo pequeño es hermoso» en un mundo global en el que es preciso reformar lo local.

Ha sido un tiempo, además, en el que el Ayuntamiento de Zaragoza ha sufrido los azotes de la «crispada» política nacional, con unos partidos que «no asumieron su derrota electoral» y otros que «no supieron adaptarse a los nuevos tiempos».

Ha recalcado, no obstante, que el debate se ha abierto en «absolutamente todos los campos» y que solo ha fallado con los grupos municipales, en los que todos son «un poquito culpables».

A pesar de ello, de lo complicado de llegar a consensos por las desavenencias con la oposición, especialmente con los grupos que votaron su investidura -PSOE y CHA-, se ha mostrado «orgulloso» de construir una Zaragoza «valiente» ante los retos del siglo XXI.

Entre estos retos ha destacado la reforma de un sistema económico «a la deriva» que se había olvidado de las personas, la lucha contra el cambio climático o el aumento de recursos para derechos sociales o vivienda, que a su juicio han sido posibles gracias a que ZEC ha supuesto la llegada de «savia nueva» y la introducción de la democracia participativa en la ciudad.


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En este mandato, asimismo, se ha incrementado el parque municipal de alquiler social en un 40 por ciento, además de implementar medidas contra los desahucios, así como de accesibilidad o eficiencia energética.

Ha defendido también la racionalización del desarrollo urbanístico, abandonando un modelo expansivo que, en su opinión, solo ha generado desigualdad.

Un desarrollo más sostenible que ha convertido a Zaragoza en una de las ciudades españolas con mejor calidad de aire, ha asegurado Santisteve, quien ha añadido que la capital aragonesa está preparada para ser referente en el sur de Europa en soberanía energética y movilidad sostenible.

Una cultura, ha reivindicado, que incluye también la memoria y, en este sentido, se ha mostrado especialmente orgulloso de abanderar la lucha contra la justicia y la reparación con medidas como la apertura de la oficina de atención a víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo y la adhesión del Ayuntamiento a la llamada «querella argentina» para investigar estos hechos en la ciudad.

Ha reconocido que, pese a la mayor dotación de los servicios públicos, las calles no están «todo lo limpias que deberían» y que aún falta camino por recorrer en administración electrónica, simplificación de trámites o descentralización administrativa.