«¡El tiempo está de locos!» Es una frase que se ha oído mucho estos días, sobre todo los últimos fines de semana en los que hemos tenido cambios repentinos en las temperaturas.

Hablando también con una persona de Valencia que vive aquí temporalmente y ha sufrido estos cambios de los últimos meses me ha llegado decir lo mismo: «Lo del tiempo en Zaragoza no lo entiendo, es de locos, un día vas en manga corta y al día siguiente tienes que llevar casi el abrigo».


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Durante los últimos meses de abril y mayo hemos visto como el tiempo ha cambiado un día para otro de una forma muy rápida, ayer mismo sufrimos una bajada de temperaturas extraordinaria y pasamos de tener 33,5 el martes a quedarnos con 20,4 (13,1 menos, una bajada de temperaturas clasificada como extraordinaria), además de sufrir un cambio en el mismo día con una mañana fresca y lluviosa a luego pasar a tener una tarde despejada y que ya anunciaba en el tiempo en Zaragoza el pasado lunes.

El jueves volvieron a subir las temperaturas máximas hasta los 27,6 y el viernes volvieron a bajar hasta quedarnos con 24,4. Esto no es todo, porque la próxima semana se espera fresca, con temperaturas máximas que rondarán entre los 20 y los 23 al principio de la misma.

Y si hacemos memoria no es la primera vez que ha sucedido durante  primavera, así por ejemplo el día 16 al 17 de mayo pasamos de una máxima de 27,3 a 16,2 (11,1 menos y habiendo sido la máxima de mayo el día 15 con 30,8) y además cayeron 20,6 mm de lluvia según recogía la estación meteorológica del Aeropuerto de Zaragoza.


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Los pasados días 23 y 24 de mayo las temperaturas máximas se desplomaron 7,6 grados quedándose en una máxima 20,4 el viernes 24. ¿Son normales estos cambios de tiempo tan repentinos? ¿Por qué se producen?

Es complicado hablar de normalidad en meteorología ya que el comportamiento de la atmósfera es en sí misma es caótica, pero sí que podemos considerar estos episodios de bajadas de temperatura como muy acusados que además tienen impacto sobre la gente y la ciudad como hemos visto.

Si acompañamos esto con precipitaciones y con el cierzo típico de nuestra región, la sensación que nos da a lo habitantes de Zaragoza es que vivimos en una montaña rusa de temperaturas día tras día.

Lo primero que hay que decir es que la primavera es la época del año con cambios más repentinos en temperatura, esto se debe a que pasamos del invierno al verano. El sol va cada vez haciendo más fuerza en el hemisferio norte y las masas de aire frío que están en el polo norte al ir perdiendo fuerza a veces tienden a descolgarse hacia el sur y llegan a nuestras latitudes.

Por otro lado, las masas de aire cálido, que se forman sobre el continente africano, cada vez tienen más fuerza y empiezan a afectarnos, esto se produce todos los años entre los meses de abril y junio.

Este año, parece que estas masas de aire más frío han estado muy inestables y nos han llegado más de lo habitual. Esto podría deberse a que el chorro polar o Jetstream (un corriente de aire constante que circula de oeste a este entre los 7.000 y 16.000km y que sirve de cinturón de sujeción o separador para las masas de aire frío y más templadas) ha estado muy débil y ha tendido a plegarse más sobre la Península que otros años.


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En lo que respecta al mes de mayo en Zaragoza, hay que decir que es el mes más lluvioso del año con una media de 44 mm y la temperatura media es de 18 grados (24 grados la máxima y 11,8 las mínimas). Es un mes con un patrón muy desigual entre años por lo que hablábamos antes sobre la inestabilidad general de la atmósfera.

Los cambios de tiempo que hemos tenido en estas últimas semanas se han debido a varías pulsaciones de aire más frío e inestabilidad provenientes del noreste y del norte.

Este tipo de masas de aire son de origen polar marítimo (se originan en el Atlántico norte), son frías, inestables y húmedas. Este año y gracias por un lado a que el anticiclón casi constante de las Azores se ha retirado más al sudeste o al oeste de lo normal.

Y por otro lado en las zonas de la Península Escandinava y en el área central de Europa del Este y Rusia se han visto afectadas por las altas presiones y gran estabilidad (esto favorece que se estrangulase a esa masa de aíre más frío y nos llegará directamente a la Península de forma muy rápida.


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Luego como en la Península, en estas épocas del año nos empezamos a ver afectados por masas de aire más cálido del norte de África y que nos traen ya los 30 fácilmente, cuando sufrimos estas pulsaciones, una masa desplaza a la otra muy rápidamente y sentimos cambios muy repentinos de temperaturas sobre todo en el norte de España.

En el siguiente mapa podemos ver la situación que ocurrió el pasado 17 de mayo del 2019 cuando las temperaturas bajaron en Zaragoza de un día para otro 11 . Como vemos, una masa de aire más frío del noroeste se ve aprisionada por el anticlón de las Azores y el anticiclón sobre la Península Escandinava, eso provoca que se dirija directamente a la península, desplazando el aire cálido muy rápidamente.

Mapa base extraído de Meteociel

Por el momento, según los pronósticos, vamos a seguir con situaciones de cierta inestabilidad durante la próxima semana y las temperaturas serán frescas al menos duranta la primera mitad de la semana, así es el tiempo en Zaragoza.

*Gerardo Abío es responsable de ‘El Tiempo en Zaragoza’