La crisis del coronavirus tiene a los profesionales sanitarios ocupados en su responsabilidad día y noche. Con hasta turnos de 36 horas de guardia en algunos casos. Sin parar. El estado de alarma autorizado por el Gobierno de España para frenar al virus tiene a la gran mayoría de la población confinada en sus domicilios.

Los centros hospitalarios se han convertido en la principal referencia para conocer cómo se está combatiendo al virus. Y también para conocer las carencias de los sanitarios para hacerle frente, y para protegerse de éste.


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Durante los últimos días, por la crisis del coronavirus, se han propagado por las redes sociales múltiples vídeos de cómo se está viviendo dentro de las paredes de los centros hospitalarios la crisis sanitaria.

Desde vídeos del personal sanitario dando las gracias a los ciudadanos por el confinamiento, otros tantos de los pasillos colapsados por pacientes a la espera de atención -especialmente, en la Comunidad de Madrid- o mensajes de los sanitarios pidiendo ayuda para que llegue más suministro sanitario que les proteja del virus.

Estos vídeos, en muchos casos de denuncia por la situación actual de saturación, han sido difundidos masivamente para concienciar a la ciudadanía que está aplaudiéndoles desde los balcones.

Sin embargo, este uso puede acarrear una multa de hasta 600.000 euros si es se utiliza de manera indebida. Así lo recoge una nota interna de la gerencia de sector de Barbastro (Huesca), emitido por el propio gerente con el sello del Servicio Aragonés de Salud de la comunidad aragonesa.

El envío de Whatsapp donde se revele contenido sanitario, de los pacientes o de la gestión sanitaria, con un uso indebido, es a juicio de la gerencia sanitaria de Barbastro un incumplimiento de la normativa en materia de protección de datos contenida en la Ley Orgánica 3/2018.

Según la nota enviada, y firmada por su gerente José Ignacio Castaño, las duras sanciones por el uso indebido de la mensajería en Whatsapp puede alcanzar hasta los 600.000 euros.

La nota apunta a que en este envío de mensajes se debe «evitar los datos de salud o información sanitaria a otros profesionales para no perder la integridad ni la confidencialidad de la información».

Y se insiste en la nota: Toda la información relacionada -directa o indirectamente- debe manejarse con responsabilidad al ser información no tanto personal sino profesional, y también social por la situación de pandemia que tiene confinados a los ciudadanos en sus domicilios.

Por ello, asegura la nota, «compartir a través de un medio de mensajería previsto para fines personales los datos e información sobre la actividad realizada por un profesional sanitario, o información sobre organización interna, vulnera la normativa de protección de datos».


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Fuentes del Gobierno de Aragón, preguntadas por este medio, reconoce que se envía esta nota interna para que los profesionales sanitarios sean conscientes de que no se puede compartir datos personales ni de pacientes ni de profesionales. «En los grupos de Whatsapp corre todo como la pólvora«, cuentan.

Una aclaración que no ha sido bien recibida por el personal sanitario, según fuentes sindicales. Entienden estas fuentes que, aunque «es cierto el cumplimiento de la normativa por la sensibilidad de los datos de los pacientes, en el fondo es una forma de asustarnos para que no publiquemos la falta de abastecimiento de suministro sanitario o el posible colapso que puede darse en los centros».