El gigante americano Amazon despliega todo un arsenal de intereses en afincarse en Aragón. Es ya más que una realidad el inicio de su almacén logístico en la fase 4 de Plaza (Plataforma Logística de Aragón) -la cual se hizo casi a demanda para su llegada- así como el inicio las obras de sus tres centros de AWS (Amazon Web Services) en Huesca, Villanueva de Gállego y el Burgo de Ebro.


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No hay discusión: Amazon es el nombre propio de la economía aragonesa -a día de hoy- en este 2021 pandémico. Y su llegada a la línea de fuego del potencial que Aragón debe desarrollar en la próxima década hace que la comunidad parta con una ventaja notable.

La mentalidad empresarial del gigante americano es la ficción más realista de hacía donde va el mundo. Y si Aragón se alinea en esa filosofía de que la logística es un motor de futuro con el anclaje de la economía digital habremos sentado las bases de los próximos 50 años. Y no exagero.

Hay un valor claramente intangible en todo lo que supone que la tercera empresa más poderosa del mundo decida invertir en Aragón. No sólo su almacén logístico por ser similar a otros tantos en España, sino por la implantación de sus tres únicos centros de datos AWS en España.

Esto hará, y se dice pronto, que las compañías que trabajan con Amazon migren a la nube con menor latencia y puedan almacenar sus datos en el país. Con esto Amazon ofrece a cualquier compañía en todo el mundo una infraestructura en la nube de un rendimiento mayúsculo que, junto a la baja latencia, le suma una capacidad de almacenamiento casi ilimitada. Sólo hay 69 centros de datos en 22 regiones de todo el mundo, y una será en Aragón.


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Pero esto no debe quedar aquí. Sería como mirar al dedo en vez de la luna. La atracción de Aragón es fundamental para asentar el interés de empresas como Amazon o las que están por llegar. En esa línea debe trabajar el Gobierno de Aragón, liderado por el socialista Javier Lambán, para darle a la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza) todo el brillo que se merece por el interés creciente de más compañías.

Lo que supone Plaza para el futuro de Aragón aún no lo sabemos con seguridad. No por las perspectivas, que son espectaculares. Sino porque la auténtica revolución de la economía en los próximos años, que está en la logística con un importante anclaje en la economía digital, puede ser incluso mayor de lo que pensamos.

Si Aragón sigue por la línea de ampliar la plataforma logística sin poner trabas a la llegada de empresas no sólo seremos líderes en la logística española. Lo podemos ser en todo el sur de Europa. De ahí surge ya el interés del Gobierno aragonés de promover la quinta ampliación de Plaza en las próximas semanas. 

El acierto por implantar un terreno como centro de una plataforma logística en donde ahora se desarolla Plaza ha sido capital. Lo que fue una idea de un iluso entonces debe ser tratado como la decisión de un visionario.


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Las economías cada vez están más interconectadas lo que favorece a la logística, así como el cambio evidente en los hábitos de compra. Junto a ello, el potencial que tiene el transporte aéreo en la logística, con el aeropuerto de Zaragoza superando ya a Barcelona-El Prat en volumen de mercancías, hace que sea urgente la ampliación de la infraestructura zaragozana. 

Sin olvidar la conexión inherente de la logística con la industria, otro motor hercúleo de la economía aragonesa que canaliza un alto valor añadido. Y todo ello ligado al peso del comercio exterior en Aragón que hasta en un año funesto para la economía por la pandemia de coronavirus ha dado uno de los mejores resultados de su historia.