«Una calle poco concurrida es probablemente una calle insegura (…) Ha de haber siempre ojos que miren a la calle, ojos pertenecientes a personas que podríamos considerar propietarios naturales de la calle (…) La seguridad de la calle es mayor, más relajada y con menores tintes de hostilidad o sospecha precisamente allí donde la gente usa y disfruta voluntariamente las calles de la ciudad y son menos conscientes, por lo general, de que están vigilando».

Esta frase de la célebre teórica urbanista del siglo XIX Jane Jacobs es hoy uno de los temas que más preocupan en la reinterpretación urbana de las ciudades.


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Durante los últimos años, la tendencia del comercio a trasladarse a las zonas periféricas de las ciudades en gigantes centros comerciales ha dado lugar a lo que podríamos llamar una gran “espantada” del pequeño comercio en los centros urbanos, locales vacíos, calles con mucha historia que se han quedado sin vida y en muchas ocasiones hasta un aumento de la delincuencia por falta de seguridad ciudadana.

Ante esta situación, en algunos países de Europa como Alemania, Reino Unido u Holanda ya se han implantado lo que se denomina BID (Business Improvement District). Se trata de una fórmula que ya varias décadas atrás surgía en Estados Unidos y Canadá, mediante la cual los comerciantes de una zona determinada establecen un acuerdo con la obligación de aportar financiación para implantar mejoras sustanciales de carácter público que revitalicen esa zona y así dinamizar de nuevo el comercio en las calles de los centros urbanos.

Actualmente en España el único síntoma de BID se puede encontrar en la capital del Turia donde ya se han incluido en una nueva Ley de Gestión, Modernización y Promoción de las Áreas Industriales.

En otras ciudades como Madrid, Bilbao o Zaragoza ya se plantean iniciativas en el sector comercial. De hecho, el pasado día 21 de Noviembre, en las Cortes de Aragón se instaba a la regulación de los BID en la comunidad autonómica. O la intención del Ayuntamiento de Zaragoza, liderado por Jorge Azcónpara promover en el centro histórico de la ciudad del primer BID, impulsado por la asociación Zaragoza Centro.

Una legislación necesaria para las zonas comerciales BID dentro del marco de las competencias municipales, con una proposición no de ley (que ya introdujo el PP en la Ley del Comercio de 2011) a la que se han sumado todos los partidos a excepción de IU.


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Este modelo, señalan los políticos, no debe ser en ningún caso sustitutivo del sector público sino que debe tratarse como una colaboración público privada de interés empresarial y con gran flexibilidad para adaptarse tanto a otros sectores como ciudades.

Por concluir, estas iniciativas deben ser dirigidas no por las administraciones, ya que se trataría de una imposición absoluta o de normativizar algo que no es todavía tangible, sino por los propios colectivos de comerciantes para que se pueda legislar en torno a esas ideas. Como es el caso de la asociación Zaragoza Centro, cuyo presidente Alejandro Aznar representa y ha impulsado junto con la consejera municipal de Economía, Innovación y Empleo, Carmen Herrarte la intención de fortalecer el ámbito empresarial y profesionalizar los BID o áreas de gestión urbana en la ciudad de Zaragoza.

Durante los próximos años – y como siempre, con el permiso de las administraciones públicas – este modelo podría ser muy relevante en el futuro de los núcleos urbanos, por supuesto supone todo un reto social, otro cambio más de mentalidad que añadir a la lista de tareas de los ciudadanos, y nos plantea muchísimas incógnitas para reflexionar: ¿Cómo se va a encajar en el sistema jurídico de cada ciudad sin ser a su vez asfixiadas? ¿Debe haber una ley estatal que establezca unas bases fundamentales sobre este modelo? ¿Y cómo se establecerá la cuota monetaria a pagar por los comerciantes de un BID? 

Volviendo al inicio, las calles seguras son aquellas que son voluntariamente disfrutadas por la gente y este modelo, en absoluto nuevo, es una alternativa que puede suponer la vuelta del comercio pequeño a los centros urbanos y que debe crear un valor añadido en ciudades como Zaragoza para ser una referencia a seguir en el resto de nuestro país.

*Miguel Sanz es Arquitecto en Tétris (JLL Group)