Nuestro alcalde piensa que cuatro años son pocos. Y que igual tendríamos que ir a legislaturas de cinco o seis años.

Para empezar, tras más de tres años de mandato, debería haberse acostumbrado a decir “corporaciones” y no “legislaturas”, puesto que en el Ayuntamiento no legislamos.

Pero, más allá de cuestiones formales, lo que me sorprende es ese deseo de alargar su mandato. Para Santisteve estos cuatro años son pocos, pero mucho me temo que se nos están haciendo eternos a la mayoría de zaragozanos, a esa mayoría que no le votaron, mal que le pese.

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Muchos vecinos andan tachando días en el calendario para las siguientes elecciones porque el alcalde que prometió transparencia ha ocultado informes en cajones durante meses; porque el alcalde que prometió rigor económico ha pagado viajes partidistas con dinero público; porque el alcalde que denunciaba dedazos tiene más asesores que el anterior gobierno y ha dado subvenciones a los suyos.

Porque el alcalde que abogaba por la participación ciudadana toma decisiones sesgadas sin preguntar a los vecinos; porque el alcalde que hablaba de democracia se ha cargado de un plumazo la representatividad de la oposición en las sociedades municipales

En resumen, porque el alcalde ha incumplido sus promesas, poniendo los intereses de Zaragoza en Común por delante de los zaragozanos.

«Según Santisteve estos cuatro años son pocos, pero mucho me temo que se nos están haciendo eternos a la mayoría de zaragozanos»

Así que, Sr. Alcalde, pregunte a cualquier zaragozano cuánto ha mejorado en estos tres años la limpieza de nuestras calles, los árboles y zonas verdes de nuestros parques, la frecuencia y los recorridos de los autobuses, los servicios de su barrio o la accesibilidad de nuestras aceras…

Y sabrá si cuatro años de gobierno de Zaragoza en Común son pocos… o quizá demasiados.