“De lejos parece tonta…

…pero de cerca lo es.” Eso decían de una de mi pueblo, y acertaban.

En realidad no hay gente tonta ni lista, sino gente que hace cosas tontas y gente que hace cosas inteligentes. A mí, por ejemplo, me pareció inteligente la actitud que tuvo Gabriel Rufián ante la muerte de Rita Barberá y me pareció tonta la de Pablo Iglesias. Esa fue mi opinión. Además seguro que alguien opina lo contrario.

Últimamente, me esfuerzo en encontrar alguna acción inteligente en Marta Rovira, y no puedo. Lo cierto es que, hasta hace poco, ni me fijaba en ella. Luego me fijé algo más, y no me caía muy allá. Sus manifestaciones eran un tanto ortopédicas y muy poco inteligentes.

Luego llegó el gran momento en que Junqueras, tras la larga y profunda oración a la que acostumbra, y consultada su alma de preso preventivo, designó, desde la prisión de Estremera, a Marta Rovira como futura presidenta ejecutiva de la Generalidad.

Y Marta, para que se vea que hace tonterías equiparables al resto de los independentistas, dijo eso de que el Estado había amenazado al Govern con muertos en las calles.

Sólo le ha apoyado la intelectual de la CUP Mireia Boya. El deífico Junqueras no ha dicho nada. Y tiene pinta de ser una mentira más de esta gente que, además, va en línea de lo que querían: muertos en la calle.

Lo que sucede es que el Estado no es ni tan malo ni tan tonto como lo pintan los independentistas, y no ha caído en sus constantes y cansinas provocaciones, de las cuales, ésta, es una más, pero, por desgracia, no es la última.

Nos queda mucho por ver y aguantar.