El Gobierno de España ha anunciado una subida del salario mínimo del 4%, hasta los 735,90 euros, y la promesa de llegar a los 850 en 2020. Están que lo tiran; vienen elecciones y hay que prometer… hasta meter.

Sería de agradecer que la prensa nos diese no sólo la media del salario, sino la varianza. Ya saben, aquello de hay un pollo, tú te lo comes y yo no como nada, y la media es que nos hemos comido el pollo entre los dos. Los datos no mienten, pero sí la manera de presentar unos y ocultar otros.


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El salario medio se situó en 2016 en 1.878,1 euros brutos al mes, lo que supone un descenso del 0,8% respecto al año anterior. El salario mediano, el que se sitúa justo en medio de todos los salarios de España y que divide a los que más y menos cobran, quedó en 1.594,5 euros, también por debajo del año anterior, cuando marcó 1.596,8 euros.

«Están que lo tiran; vienen elecciones y hay que prometer… hasta meter»

El Instituto Nacional de Estadística divide a los españoles -15.282.361 asalariados- en diez grupos iguales.

En 2016, el 30% de los españoles (4,58 millones de asalariados) ganaron menos de 1.229,3 euros brutos, mientras que el 40% (6,1 millones) obtuvo remuneraciones de entre 1.229,3 y 2.137,5 euros brutos mensuales y el 30% restante (4,58 millones de asalariados) cobró un sueldo bruto superior a 2.137,5 euros al mes.

Uno de cada cinco españoles, más de tres millones de personas (3.056.500 asalariados), ganaron menos de 1.002,8 euros brutos al mes durante el año 2016. De ellos, en torno a 1,5 millones de trabajadores ganaron menos de 710,1 euros mensuales. Por primera vez desde 2006, el sueldo medio ha descendido.

Escribo esto porque después de que la electricidad subiera un 30% este año que terminamos -y ya anuncian un 10% el próximo enero-, las pensiones subiendo un 0.25%, la deuda disparada, el número de horas trabajadas -o al menos cobradas- bajando, la despoblación aumentando salvo los políticos que se reproducen por esporas, y así todo, los españoles dicen que se van a gastar casi 700 euros en Navidad entre comilonas, lotería y regalos.

«He descubierto el placer de no sucumbir a los intereses ajenos y menos a los del Ministro o Consejero de Hacienda de turno»

Desde luego, no seré yo; sencillamente, no me da la gana. Desde que Zapatero me quitó más de 300 euros de la nómina que nunca más he vuelto a ver, he cumplido varios trienios sin que la nómina lo note.

Es lo que tienen los descuentos, que son como el recibo de la luz, no hay dios que los entienda. Desde entonces, estoy declarada en rebeldía. Y aunque soy bastante capaz de suplir y buscarme la vida, he descubierto el placer de no sucumbir a los intereses ajenos y menos a los del Ministro o Consejero de Hacienda de turno.

Ahora tengo mucho más claros los míos. Me fastidias, te fastidio; típica reacción de las clases medias.