Agosto de 2017. Todavía con media España de vacaciones los enemigos de la libertad, los aliados con el fanatismo satánico del terrorismo de raíz islamista se encargan de remover nuestra existencia como si de un terremoto emocional se tratase.

Creo que estaremos muchos de acuerdo con que matar es muy fácil y que cuando a alguien se le inculca que puede hacerlo y que si además arriesga su propia vida en ello obtendrá la gloria del martirio la cosa ya cambia.

Desgraciadamente en España ya sabemos de qué va eso del terrorismo que se basa en el fanatismo, que vende ideas falsas que son inoculadas a golpe de cincel en las moldeables cabezas de nuestros jóvenes.

Ya pasaba en lugares de Guipuzcoa, Vizcaya, Álava y Navarra. Los nacional-comunistas de ETA no se enteraron de que Franco había muerto y que en 1978 se aprobó una constitución con la que nos reconocíamos ciudadanos libres e iguales.

No se quisieron enterar hasta hace apenas dos telediarios y no todos.
Y aprendimos a no odiar, a mirar para adelante, a superar cada muerte, cada víctima… estuvimos a punto de acabar con la asquerosa serpiente de la muerte que ETA representa hasta que llegó el gobierno del buen rollo, del que cree que la ley es relativa, del que le mola el diálogo con el delicuente irredento.

Años de lucha contra terrorista desde la policía, los tribunales, las leyes, los acuerdos parlamentarios y, sobre todo, desde la sociedad, echados por la borda de un visionario que se creía iluminado por la luz de no sé qué razón.

Lo cierto es que las muertes de ETA han acabado pero no así las raíces de su odio ancestral a lo español, a lo que no es como lo mío, a lo que nos une, a lo que nos hace iguales que no es otra cosa que la base del progreso de una sociedad.

La espada de Damocles del totalitarismo nacional-comunista sigue pendiendo de la cabeza de los vascos y del resto de los españoles.

«Lo cierto es que las muertes de ETA han acabado pero no así las raíces de su odio ancestral»

Y es que estas débiles pero triunfales ideas del totalitarismo de base identitaria no es sólo propio del solar vasco.

Desde que en Cataluña las CUP aparecieron en las instituciones que pretender destruir, se repiten las formas, los discursos, los gestos que creíamos estaban licenciados por los batasunos vascos.

¿Y qué tendrá que ver esto con los yihadistas? Aquí quería yo llegar. Los totalitarismos autocráticos se dan siempre de la mano con independencia de lo asquerosos y putrefactos que sean sus regímenes.

Los lazos que unen a regímenes como los de Rusia, Venezuela, China, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Irán y otros no son casuales.

Fuerzas políticas españolas como Bildu, CUP o Podemos no ocultan su vinculación con este tipo de regímenes. Algunos de ellos son incluso financiados por aquellos.

Ya tenemos el mapa. Analicemos los intereses. ¿Qué objetivos puede haber en común entre fuerzas de raíz totalitaria como Bildu, CUP o Podemos con el yihadismo o con regímenes como los que antes he nombrado?

«Fuerzas políticas españolas como Bildu, CUP o Podemos no ocultan su vinculación con este tipo de regímenes»

Como fuerzas políticas revolucionarias no pueden entender el reformismo, el consenso o el acuerdo dentro de una democracia representativa para lograr el progreso social.

Es a través de la agitación y propaganda, del cultivo de la postverdad, de la repetición ad nauseam de mentiras para que tengan apariencia de verdad, del cuestionamiento del sistema desde sus fallos (que los tiene) para tomar la parte por el todo…

El adoctrinamiento de las mentes a través de la escuela (el nacionalismo de derechas en el País Vasco y en Cataluña ha colaborado enormemente en esta línea) y el control o dominio de los grandes medios de comunicación (pretendiendo que sean públicos para que se “garantice la libertad de prensa”) son piezas fundamentales en este siniestro (y nunca mejor dicho) plan.

También la extensión de las nuevas ideologías tachando de fascistas a los que no piensan como ellos son algunas formas compartidas a las del extremismo islámico (en este caso son llamados infieles).

Exactamente la misma praxis y mismos objetivos que el yihadismo: control de las ideologías, dominio de los medios, eliminación del contrario al que se señala a través de la muerte civil (los de aquí) o física (los de allí).

«Tachando de fascistas a los que no piensan como ellos son algunas formas compartidas a las del extremismo islámico»

La lucha contra los enemigos de la libertad empieza por casa, practicando la democracia, profundizando en el ejercicio de nuestros derechos, libertades y responsabilidades, aprendiendo nuestra historia y cultura, con leyes que protejan nuestra forma de ser y de entender el mundo: ¿acaso es esto lo que estamos haciendo?

En el occidente libre y democrático cabe todo el mundo incluidos antisistemas como Bildu, las CUP o los ideólogos de Podemos: esa es su gran virtud y su gran riesgo.

Ahora también los tenemos destruyendo nuestra propia casa: los yihadistas.

El camino es largo, sufriremos, moriremos, es la gran guerra entre la libertad, la vida y el progreso contra el totalitarismo, la exclusión del diferente, la uniformidad ominosa y más pobreza y más violencia como resultado.

Es la historia de la humanidad: la lucha entre la servidumbre y la libertad.

Yo sé en que parte estoy, ¿y tú?: pues no queda otra que luchar.