Vuelvo de vacaciones y me dicen que el alcalde no está, que se ha ido con un grupete a Centroamérica para estrechar lazos de cooperación con ciudades con las que tenemos una especial vinculación. Y que los concejales de la oposición andan airados.

No se me enfaden papitos, que mejor está allí, que si está acá a lo mejor los autobuses vuelven a la huelga, pone otro carril bici donde peor venga, funcionariza al primero que le dice Cubero o nos cambia los nombres de todo.

Además me dicen que la pandi del viaje la forman 8 personas, ya que entre tres o cuatro es difícil reunir los conocimientos y sensibilidades necesarios para dejar en buen lugar a Zaragoza. Lo que no sé es porque 8 y no 16. Ni tampoco sé porque 13 días y no 7; será que estrechar lazos lleva su tiempo.

Pedro Santisteve, dirigiéndose a una comunidad indígena en el día de ayer / AZ

Y de momento, se sabe quién paga el viaje (usted y yo, entre otros) pero no cuánto cuesta; si incluye gomina y mojitos o solo las dietas y el avión. Y es que los herederos de Labordeta no quieren su mochila, prefieren los vuelos transoceánicos.

«Lo que no sé es porque 8 y no 16. Ni tampoco sé porque 13 días y no 7; será que estrechar lazos lleva su tiempo»

Y no se quejen, concejales de la derecha capitalista: que por culpa de la maldita libre competencia y de la privatización neoliberal se han acercado los precios de los vuelos a las clases medias y trabajadoras y por eso han podido ir. Que cuando las compañías aéreas eran como les gusta a Podemos (públicas y sin competencia) solo viajaban los ricos y los alcaldes de la vieja política.

Lo único que sabemos es la noble misión para la que el alcalde y sus siete acompañantes han viajado: estrechar lazos, hermanarse y fomentar la vinculación con otras ciudades. Además, nos dicen que Santi Steve (así le dirá alguno por ahí), está mediando en la persecución de un crimen contra una activista medioambiental y conociendo distintas comunidades indígenas que se oponen a la construcción de infraestructuras hidráulicas.

¿Cómo oponerse a tan nobles fines?. Lo de zapatero a tus zapatos está anticuado. Queremos alcaldes cósmicos, que no se queden trabajando en el pueblo, que no se dediquen solo a lo que les atribuye la Ley, a sus competencias locales, que sus bienintencionadas labores de voluntariado las hagan en su tiempo de trabajo y con cargo al presupuesto municipal. ¿O es que cuando usted se compromete por alguna buena causa no se lo paga la empresa y no le dan 13 días de permiso?

«En envoltorios, a la nueva política no hay quien le gane»

Antes, cuando un alcalde y sus concejales querían viajar se inventaban un hermanamiento, y no con Salou o con Molina de Aragón; mejor en América o Asia, según los gustos y las ocurrencias, cuanto más lejos mejor. Ahora hemos aprendido. Ponga una buena causa y si alguien lo critica es que no está de acuerdo con la causa, será fulminado por el buenismo más feroz.

Si usted creía que la crisis nos había enseñado que estas cosas no se hacen y que cada uno debe dedicarse a lo suyo y evitar el despilfarro estaba equivocado, se pueden seguir haciendo pero envolviéndolas mejor. En eso, en envoltorios, a la nueva política no hay quien le gane.