Quien pasee por la plaza San Miguel de Zaragoza podrá observar la casa de la familia de Francisco de Goya y Lucientes, en el número 4. Edificio histórico aún en pie. Milagro en esta ciudad.
En la basílica el Pilar, alzando la vista, todavía vemos su impresionante Regina Martyrum. Muy cerca de allí, el museo Goya-Camón Aznar atesora distintos cuadros de Goya. Allí podemos ver de tú a tú a insignes ilustrados como Félix de Azara. También las series de grabados que realizó Goya.
Lo que criticó, lo que vio, lo que imaginó. Esas impresionantes estampas van desde la crítica social más descarnada a sueños de la razón que producen monstruos, desde festejos taurinos a desastres de una guerra. Y en la plaza de Los Sitios de Zaragoza, en el Museo Provincial, podemos contemplar retratos de santos, reyes, nobles y otras obras salidas del pincel de Goya.
A apenas 15 km al noreste de la ciudad, la Cartuja del Aula Dei cobija pinturas religiosas, de los primeros encargos que recibió el pintor. 27 km al suroeste, en la Ermita Virgen de la Fuente de Muel se encuentran otras de esas primeras pinturas de Goya.
No muy lejos el pueblo que vio nacer a Goya: Fuendetodos. Allí conservan su casa natal y un Museo del Grabado, entre otros hitos que recuerdan al artista.
Pero no es en ninguno de estos lugares donde se encuentra la mayor parte de la obra de Goya. Este pintor aragonés es universal. En el Museo del Prado se guardan algunos de su cuadros más conocidos, reflejando la propia evolución artística y vital del autor: El quitasol (1777), La maja vestida (1800-1807), La familia de Carlos IV (1800), El 2 de mayo de 1808 en Madrid y El 3 de mayo en Madrid (1814) o La lechera de Burdeos (1827).
Con motivo del 275 aniversario del nacimiento de Goya (un 30 de marzo de 1746) el Gobierno de Aragón pretende que algunas de estas obras puedan convertirse en viajeras y venir a Aragón. También planea que viaje Goya y su obra a Burdeos, lugar en el que murió y donde se le recuerda con una placa, y a Basilea. Eso es lo que ha anunciado el presidente aragonés Javier Lambán tras un reciente viaje a Madrid donde se ha reunido con el Ministro de Cultura.
Pronto esperamos conocer un programa detallado y ambicioso para conmemorar la goyesca efeméride. Además, existe la Fundación Goya en Aragón, bajo amparo del gobierno aragonés, y que hace ya tiempo se encarga de la difusión y promoción de la figura y obra de Francisco de Goya.
A nivel más local, tampoco faltan las iniciativas. En Fuendetodos hace años que realizan una Fiesta Goyesca, con apoyo de distintas instituciones y asociaciones. Desde el Ayuntamiento de Zaragoza también se han propuesto celebrar este 275 cumpleaños de Goya.
De momento, intenciones como hacer de la ciudad maña la capital de Goya y algún proyecto no exento de polémica. Concretamente, la vicealcaldesa Sara Fernández propuso convertir la Lonja en un Museo sobre Goya. Esto suscitó protestas desde sectores de artistas contemporáneos que realizan exposiciones temporales en dicho edificio histórico desde hace décadas.
En mi opinión habría otros espacios más propicios para ello. Además, un museo sin contenido no es un museo. Y las obras de Goya se encuentran dispersas, estando en Zaragoza en tres lugares (Museo Goya-Camón Aznar, Museo Provincial, Cartuja del Aula Dei).
Si se pretendiera hacer un centro interpretativo y didáctico, con la ayuda de nuevas tecnologías, para la comprensión de Goya, quizás otros lugares serían más adecuados ¿por qué no en la antigua Expo, por ejemplo? La Lonja, como edificio del s. XVI es un bien artístico en sí mismo y debería poder contemplarse como tal, buscando otros espacios expositivos.
Y ya que estamos con Goya, cuidemos su ciudad, aquella en la que vivió sus primeros años, se formó y recibió encargos. De la Zaragoza que conoció poco nos queda y parte corre peligro.
*Daniel Aquillué Domínguez es Doctor en Historia, especialista en siglo XIX, y miembro de varias asociaciones culturares, entre ellas la Asociación Cultural “Voluntarios de Aragón”