El autodenominado «socialismo del siglo XXI» que hundió a Venezuela, es un arma de destrucción sistemática de la población que no diferencia colores y razas. Muchos han sido los compatriotas que han muerto por ausencia de medicinas, y cada día suman más.

Nuestra patria, otrora rica en ingresos por la explotación petrolera, le robaron 960.589 millones de dólares que ingresaron desde 1999 hasta 2014, en su totalidad, por un régimen en principio proclive al capitalismo.

Que después migró a un planteamiento ideológico que, en una ocasión el difunto periodista venezolano Oscar Yánez igualó al ñú -mamífero africano, con cabeza, cara y cuerpo de toro, pero realmente un antílope-. Es decir, una mezcla absurda de pensamientos que hoy degeneran en una catástrofe humanitaria sin precedentes.

«El socialismo del siglo XXI es un arma de destrucción sistemática de la población que no diferencia colores y razas»

El expolio que devino en tragedia, ocurrió y ocurre por la ausencia de separación de poderes que allanaron el desfalco más grande que economía alguna sufriera en tiempos modernos. Hoy, sin estructuras hospitalarias y un potencial humano en desbandada, Venezuela muere lentamente.

Tal es el caso de Dubely Borges (@dubelyborges), de 38 años, quien vive en Punto Fijo, Estado Falcón, bañado por el mar Caribe al noroccidente del país. Nuestra compatriota sufre cáncer de mama y por no contar con las 18 dosis de la vacuna ‘Herceptín’ de 440 mg, útil para sus quimioterapias, su vida corre peligro.

Dejaría 2 hijos, y un futuro por delante de no recibir ayuda humanitaria, pues hace más de un año no lo distribuye la seguridad social, y es imposible que Dubely lo tenga por su cuenta debido al elevado costo.

Venezuela llora, su gente emigra o muere debido a un socialismo trasnochado que ha hecho de un país rico, en mendigo mundial.

Y mientras, la maquinaria propagandista del régimen, devenido en dictadura de tercera generación, emplea los pocos recursos que ingresan por la exportación del petróleo, para desmentir esta realidad tan redonda y clara como la luna llena.

«Venezuela llora, su gente emigra o muere debido a un socialismo trasnochado que ha hecho de un país rico, en mendigo mundial»

Y conforme los postulados comunistas de Vladimir Lenín, muy bien analizados por Jean-Marie Domenach en su obra ‘La propaganda política’, Nicolás Maduro tuerce la realidad achacando los problemas a una fantasiosa “guerra económica” sólo para mantenerse en el poder, sin que la vida le valga un centavo.

Pues el fin último de los regímenes comunistas y pseudos-socialistas, es alienar a las masas para deformar el mordisco que hiere sus carnes, y transformarlo en un beso que subyuga el lamento.

*Alexander Montilla es el coordinador político del Partido Voluntad Popular en el municipio de Carirubana, Falcón (Venezuela). Es ex Fiscal del Ministerio Público. Actualmente exiliado político en Zaragoza (España).