Inés Arrimadas saca con su móvil la foto del PSOE. Quiso hacer unas llamadas y le saltó la cámara. Una cámara de retratar. El móvil de Inés disparó la venta de vaselina en Amazon.

“Llegará después de Reyes” se leía desde La Mancha. La traición de Pedro Sánchez a la historia constitucional del PSOE es tan llamativa, su falta de palabra tan proverbial, que se nos ha pasado por alto un pequeño detalle: el PSOE ha dejado de existir.


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Ha tenido que venir Inés a hacer una foto para darnos cuenta. Me dirán que es una exageración, pero no lo es en absoluto. Me dirán que Uds. viven al lado de una sede del PSOE y que está abierta de lunes a viernes. Puede ser cierto. De hecho, es sabido que si te pones en frente de la puerta de la de Ferraz con una bandera de España se te lleva la policía de Marlaska.

Sí, existe el PSOE, tal vez estén materialmente en lo cierto. Pero no es menos cierto que el PSOE hoy no existe como partido que lidera una ideología, un proyecto nacional, un partido en el que haya un proyecto arropado por unas ideas. Es un partido a la deriva, sometido a los caprichos de poder de un líder cuya palabra no tiene más peso que la bolita de un trilero en la puerta del Sol.

La pérdida del poder aliñada con la sentencia de los ERE ha dinamitado a Susana Díaz en Andalucía. Perder el poder es el peor de los castigos en un partido en el que tener el poder es hoy el único proyecto nacional. García Page y Lambán, mejores líderes, se saben huérfanos.

El resto, salvo mudas excepciones, entre el entusiasmo por lo desconocido y el trágala. Los entusiastas de hoy serán los primeros en despreciar a un tal Sánchez cuando lo amenazado sea su poder.

«El PSOE es un partido a la deriva sometido a los caprichos de poder de un líder cuya palabra no tiene más peso que la bolita de un trilero en la puerta del Sol»

Garton Ash nos dejó escrito sobre el grupúsculo de hombres dubitativos, autocríticos, no siempre muy valientes, que ocupaban un espacio a la izquierda del centro, que sentían tanta repulsión moral por las caras rígidas que había a su derecha como por la histeria y la violencia ciega y la demagogia que había a su izquierda.

Eso fue el PSOE, hoy no se sabe qué es. Sí se sabe que la repulsión sectaria sólo alcanza a las caras rígidas de la derecha y que va a unir su destino a la histeria del populismo de extrema izquierda y a la coacción de los sediciosos. Otegui y Junqueras antes que Casado. Bildu antes que Ciudadanos.

El partido que presumía de tener distintas sensibilidades, que se mofaba del PP (con toda razón) por sus posiciones pétreas y su falta de debate interno, aquel partido parecido a España es hoy el más parecido a la España sin rumbo, a un país incompleto que estaba en busca de sentido y que ahora está en busca de antidepresivos y vaselina.


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Sin táctica ni estrategia, sin debate interno, sin contrapesos, sometido a las ínfulas de poder de un tipo que no es de fiar. De hecho, la esperanza de los mejores socialistas es esa, la de que como el tipo no es de fiar no cumpla ni con la mitad de sus barrabasadas inconstitucionales.

Las baronías querían ser la Resistencia pasiva y son pasividad resilente. Una mala noticia para España. “Llegará después de Reyes”. Vaya con la foto de Inés.

*Víctor M. Serrano Entío es concejal por Ciudadanos en el Ayuntamiento de Zaragoza