¿Dónde se ha metido ese comportamiento tan español como necesario de reclamar lo que nos pertenece por derecho, por humanidad e incluso por salud, física y mental? Sí, el derecho a moverse libremente. El más básico y necesario de cuantos derechos podamos tener y entender.


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Me cuesta creer que la sociedad no se manifieste como es debido y exija al gobierno que relaje las medidas de “seguridad” nacional la próxima semana por el virus. ¿Dónde están todas esas voces que se han alzado contra tantas injusticias que se han cometido en este país en su historia reciente?

¿Dónde están todas esas almas que salían a la calle para decir que no tenían miedo ante la banda terrorista ETA, que si mataban a uno mataban a todos?. ¿Dónde están esas voces que se alzaban en contra de la maldita corrupción que asoló el prestigio de una clase política en declive?

¿Dónde están esos gritos que clamaban un ‘no a la guerra’ a Aznar en su afán por hacer entrar en razón al entonces presidente y evitar algo más que innecesario? ¿Y esas personas que salían a la calle para pedir su libertad de decidir, o las que clamaron contra los recortes en estamentos públicos?

«Me cuesta creer que la sociedad no se manifieste como es debido y exija al gobierno que relaje las medidas de “seguridad” nacional»

¿Dónde han quedado esas voces multitudinarias que siempre han luchado por erradicar lo injusto, lo amoral? Qué alguien me diga donde las han metido, quién ha puesto el candado a esas voces y ha tirado la llave al abismo del olvido…

Porque yo me resigno a pensar que ya no están, o que si están las han silenciado por el miedo a este virus. Un virus que a pesar de haberse llevado ya por delante la vida de miles de ciudadanos españoles, sin hacer distinciones, parece que también se ha llevado por delante la valentía, la voz y las ganas de vivir de los españoles.


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Las calles siguen ahí para poder disfrutarlas ya sea dando un paseo, corriendo o en bici, bajo las medidas de seguridad que el virus nos impone, y que debemos cumplir, sin que se nos tilde de inconscientes, irresponsables, jetas, sin vergüenzas o delincuentes.

España, despierta, abre los ojos, tú no tienes miedo, el miedo te lo han impuesto. Alza la voz y clama por volver a disfrutar de las calles, como sí lo hacen vecinos de otros países Europeos. Gobierno confía, pueblo confía, habrá quien lo haga mal, pero ya está bien de pagar justos por pecadores, ya han pagado suficientes en la negra historia española.

*Jaime Gracia Vitoria