Acaban de anunciarlo. Como diría el popular economista Carlos Rodríguez Braun, ¡agárrense la cartera! Y es que vamos a tener que ponerlas para mantener la tele aragonesa: 55,8 Millones de euros es el presupuesto de la CARTV. Más que lo que cuesta Netflix, dijo hace unos días en las Cortes de Aragón un diputado de VOX.

Aunque ya me temía el resultado, he hecho la cuenta de la vieja: lo que nos costaría el paquete básico de Netflix (7,99€/mes por hogar), frente a lo que nos cuesta la radiotelevisión aragonesa (presupuesto/hogares en Aragón), que nos sale a 8,62€. Sí, querido contribuyente, eso le sale a pagar: 103€ al año.

Algunos céntimos bajará, ya qué una mínima parte de ese presupuesto se cubrirá con ingresos de la actividad (publicidad y otros, pero también tendríamos que quitar el IVA de lo que pagamos a Netflix. Así que la cuenta de la vieja no falla, y va a ser que el osado diputado tenía razón.


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Así que, rápidamente, los defensores del cotarro se han lanzado a defender la programación y su calidad, llevando la discusión a otro terreno. Y es que, aunque pueda ser buena o muy vista y cuente (como de hecho cuenta) con buenos profesionales, lo que algunos nos cuestionamos es que sea necesaria o, al menos, si nos podrían dejar elegir mediante un sistema de Televisión por suscripción (PPV) para que pague quien quiera verla.

Pero aquí nos dirán que se trata de un servicio público, ¿cómo vamos a enterarnos si no de todas las bondades que con tanto denuedo nos dedican diariamente nuestros políticos? ¿Cómo vamos a hacer marca Aragón?

No basta con un tiempo de desconexión de RTVE para la señal autonómica, no basta con que ya existen otros medios donde nuestros gobiernos pueden difundir aquello tan importante que justifica la CARTV; no, no basta, se trata de un servicio público indispensable, nos dicen.


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Y a ver quién lo niega. No conviene irritar a las redacciones (recuerden lo que pasó en Valencia). Y aún puede ser peor, cualquier día se sacarán de la manga un nuevo canon a todos los propietarios de televisiones, para ordeñar esos millones sin minorar el presupuesto general. Así lo hacen ya en Italia, Francia, Gran Bretaña o Alemania; eso nos dirán, para venderlo de moderno.

En fin, como siempre, el gobierno nos dice que esto son lentejas, y las comes o las dejas, pero eso sí… las pagas.