Hay una teoría según la cual el leve aleteo de una mariposa puede producir efectos al otro lado del mundo. Es decir, todo está interconectado. Podemos decir que todo forma un puzzle con piezas más o menos gruesas.

La derecha española, hasta hace poco, parecía monocolor PP. Con las peculiaridades nacionalistas que llevaban a la marginación del PP en la correspondiente comunidad. Ese era el mapa.

El PP gobernaba con los votos de la extrema derecha al centro derecha. Con votos liberales, conservadores, franquistas y democristianos. Como si todo fuera lo mismo, que no lo era.


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Sucede que, en Cataluña, Convergencia aparece en muchos casos de corrupción. Se radicaliza en el independentismo, forja un pacto contra natura con la izquierda, eleva al anodino de Puigdemont al frente de la Generalitat y se pasa la ley por el forro. Ello tiene sus consecuencias.

Ante el abuso del nacionalismo surge Ciudadanos. Con gente de centro (de derecha a izquierda) que no se fía de la pasividad y la oposición impostada del PP. Y, ya en las elecciones de 2017, se produce que en Cataluña gana las elecciones Ciudadanos. Y que el PP casi desaparece.

Un vuelco autonómico que, si se piensa, se puede reproducir a escala nacional.

«Y, ya en las elecciones de 2017, se produce que en Cataluña gana las elecciones Ciudadanos. Y que el PP casi desaparece»

Creo que persiste en el imaginario colectivo la imagen de 1982 donde se produjo un vuelco de la UCD, que desapareció, a Alianza Popular. Sucede que las encuestas, aun registrando un aumento de Ciudadanos y una disminución del PP, no describen semejante vuelco a nivel nacional.

La estrategia de Ciudadanos se basa en la corrupción del PP. Y es cierto, de hecho, en Baleares, Valencia y Madrid, poco o nada pueden decir.

Pero en otros lugares de España, como en Aragón, el PP ha estado totalmente exento de corrupción y, además, aquí -en Aragón- no sabemos ni quién es el líder de Ciudadanos.

Obviamente, en Aragón se va a votar en clave nacional, y, si el viento es favorable a Ciudadanos, nos arrastrará aunque no conozcamos a su líder regional, o proponga cosas en contra de la autonomía aragonesa.

Ha sido curiosa la reclamación de los bienes de Sijena, en primer lugar hemos de señalar que era el cumplimiento de un auto judicial, no efecto del 155.

«En otros lugares de España, como en Aragón, el PP ha estado totalmente exento de corrupción y, además, aquí no sabemos ni quién es el líder de Ciudadanos»

Luego hemos de indicar que el PSOE (de Aragón) lo apoyó cuando los bienes venían sí o sí, y para afear la conducta del PP que, como Gobierno de Cataluña, recurrió la entrega.

IU y Podemos jamás apoyaron la entrega. Y Ciudadanos, más cerca, aunque no lo parezca, del cambalache catalán que de cumplir la Ley. Sólo los partidos de aquí (PAR y CHA) apoyaron siempre la entrega.

No voy a hablar de lo que pasa en la izquierda, pero los vientos nacionales de la derecha y la política errática en busca del sillón de algún antiguo dirigente, amenazan con descomponer al PAR.

Y, si hemos de fiarnos de un partido como Ciudadanos, que en su política autonómica depende de Cataluña, vamos buenos.