Ya han pasado varias semanas desde la llegada de la nueva propiedad al Real Zaragoza, aunque lo cierto es que llevaba meses cerrada y con todo preparado para el desembarco de los nuevos accionistas. El pasado lunes quedó ratificado Jorge Mas como presidente y también se confirmó la inyección de más de 20 millones de euros. Los nuevos dueños del conjunto aragonés no van de farol, el proyecto, por mucho que se haya criticado la comunicación durante los primeros días (algo en lo que estoy completamente de acuerdo) es muy positivo para el club, que estaba en una situación económica dramática y ahora empieza a respirar.


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Creo que tanto a Mas como a Sanllehí les ha faltado una rueda de prensa en condiciones para explicar las líneas maestras de su proyecto, pero también pienso que pocas cosas hay más positivas que una presentación con más de 20 millones de euros invertidos y la renovación de tus jugadores más prometedores. Ojalá se olviden para siempre aquellos veranos en los que el club estaba obligado a desprenderse de todo aquel jugador mínimamente interesante para el fútbol de élite.

Pocas personas se habrían metido de lleno en una entidad con una deuda de más de 60 millones de euros y que lleva 10 años anclado en la segunda división. Suelo ponerme en su piel y muchas veces pienso si le merece la pena correr este riesgo, siendo conscientes de que la única forma de poder recuperar lo invertido es ascender a primera división.  

Hace meses que llevamos informando en HOY ARAGÓN de la importancia de este nuevo proyecto y de la seriedad de quien estaba detrás. Muchos no nos creían cuando afirmábamos (con pruebas y con la información bien contrastada) que tan sólo el grupo de inversores norteamericano liderado por Jorge Mas había presentado una oferta en condiciones y beneficiosa para el conjunto maño.

Durante todo este proceso de compraventa he podido comprobar en primera persona como se ha intentado arremeter contra Jorge Mas con información completamente interesada a favor de otros “posibles” compradores que nunca llegaron a hacer oferta alguna por el paquete accionarial mayoritario. Obviamente tampoco revelaré mis fuentes, ni diré públicamente quien estaba detrás de todo ese envenenamiento en la información, pero lo que sí puedo decir es que ha sido un placer trabajar codo con codo junto al editor jefe de HOY ARAGÓN, Álvaro Sierra, en este proceso de cambio accionarial.


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Volviendo al proyecto, por el camino quedó aquel consejero del Real Betis, Spain Football Capital o el Grupo Orlegi, que recientemente ha comprado el Sporting de Gijón en su búsqueda por adquirir una plaza en la segunda división española sin importar cual fuera el equipo. Ahora se abre una etapa de ilusión en la que el Real Zaragoza debe volver a la máxima categoría del fútbol nacional, pero también será un proceso lleno de dificultades y sino, que le pregunten a Almería o Eibar.

En los próximos meses vamos a vivir cómo se moderniza el club, la Ciudad Deportiva y (ojalá) se empieza a ver la luz con la remodelación obligatoria de La Romareda. Creo que ha llegado el momento de dejar de dudar de todo y empezar a confiar. Yo seré el primero en censurar algo que no me cuadre, como vengo haciendo toda mi carrera y haría cualquier periodista con un mínimo de decencia, pero, en esta ocasión, creo que alguien que ha invertido 20 millones en un club financieramente muerto, merece mi total voto de confianza.