En el día de hoy terminará otro año para dar comienzo a uno nuevo. Y con él 365 días de sueños, ilusiones y esperanzas de cambios y mejoras. En nuestro país, España, la tradición manda terminar el año tomando 12 uvas al son de 12 campanadas y un brindis de cava o champán. Una uva por cada mes del año deseándole suerte, salud, felicidad, amor…

Dicen que en 1909 un excedente de cosecha de uva en Alicante llevó a inventar dicha tradición, aunque los madrileños se la atribuyen como anterior, remontándose a 1880. Fuera como fuese, el caso es que esta Nochevieja, en muchas plazas de diferentes ciudades o pueblos y en los hogares españoles estarán las 12 uvas de la suerte preparadas y todos nerviosos, pendientes del televisor al son de las campanadas para tomarlas una a una, aunque al final más de uno sea incapaz de tragarlas al ritmo, todos brindarán y se besaran felicitando el Año Nuevo. 


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Un año cargadito una vez más de buenos deseos e ilusiones. Pero que nadie se engañe, que esos buenos deseos e ilusiones no surgen de una varita mágica sino que son fruto del trabajo, las ganas, la ilusión y la alegría que cada uno pone en su vida. 

La suerte hay que buscarla y trabajarla; el amor hay que mantenerlo y avivarlo como el fuego; la salud hay que cuidarla evitando excesos y cuidando nuestro cuerpo que solo tenemos uno en esta vida; la familia y las amistades hay que mimarlas y conservarlas cuidando los detalles; en el trabajo esforzarse día a día y así con todo.

Que cada año sea mejor depende de uno mismo, de la ilusión con que se vive la vida, de los buenos propósitos de cada uno y del esfuerzo, rodeándose de espíritus positivos, optimistas y alegres.

Doce uvas, doce meses, doce propósitos e ilusiones para un año nuevo intentando ser cada día mejores.

Feliz salida y entrada de año a todos. Os deseo un venturoso 2019. 

*Cristina Gil Gil es autora del libro La profe responde y del blog Ideas para crear y disfrutar