Hay que reconocer que hasta hace un par de días la Consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, había gestionado con aceptable mano izquierda -cuál sino- el trágala que ha supuesto para el PSOE tener que aceptar las condiciones impuestas por Podemos para aprobar los presupuesto de la comunidad, a cambio del cierre de unas cuantas aulas concertadas.

Sin embargo, el buen rollito se ha torcido de golpe, tras el varapalo judicial recibido por su departamento, a raíz del descarado y escandaloso uso de la Educación como moneda de cambio en las negociaciones entre Javier Lambán y Pablo Echenique (a Fernando Gimeno no le dejaron ni siquiera sentarse a la mesa, pobre).

El caso es que, preguntada hace un par de semanas -antes de que los jueces se pronunciaran- sobre si creía que el recurso de los colegios para frenar el “concertazo” suponía para ella una amenaza, la Consejera Pérez señaló, toda digna, que la Justicia en un Estado de Derecho nunca es una amenaza, sino una garantía.

Claro que le faltó añadir: siempre y cuando los tribunales fallen a favor de mis intereses o los de mi partido. Porque ahora, tras el contundente revés judicial, que deja las cosas como estaban y a ella seriamente tocada, Pérez no se ha cortado un pelo, al afirmar que los juzgados tienen maniatado a su departamento, ante lo cual se siente indefensa.

«A lo mejor no son los tribunales, sino Mayte Pérez quien tiene que hacérselo mirar y reflexionar sobre su futuro inmediato»

Lo cierto es que ha sido la propia consejera quien se ha encargado de recordar -a modo de tiro en el pie, casi sin que nadie se lo preguntara- que no es ésta la primera vez, sino la tercera en apenas 20 meses, que la Justicia echa por tierra, aunque sea de forma cautelar, relevantes actuaciones de su departamento: esas en las que cualquier gobernante se la juega.

Primero fue la negación del concierto al colegio Ánfora; después vino la supresión de la asignatura de Religión en Primaria y Bachillerato, y ahora lo del cierre de aulas (a discreción y porque yo lo valgo). Tres de tres. A lo mejor no son los tribunales, sino Mayte Pérez quien tiene que hacérselo mirar y reflexionar sobre su futuro inmediato, al frente de un área de gobierno tan sensible en cualquier sociedad como es la Educación de nuestros hijos.