Alguna vez te has parado a pensar sobre tu pasado. Sobre ese pasado que todos tenemos y que nos ha hecho daño, que queremos borrar de nuestra mente consciente, haciendo que cale en nuestro subconsciente, dañando nuestro excesivo ego y orgullo. Ese pasado doloroso que todos tenemos, que hemos tenido, y del cual nos hemos querido vengar con ira sobre quién nos infringió ese daño.

Estoy seguro de que si, de que has pensado en él y te ha llevado a sentir de manera negativa; odio, ira, venganza, por esa persona o ese momento que te hizo daño, que te derrumbó en la más mísera soledad, tu soledad, la que tú elegiste en ese momento. Y si, se lo que te digo, porque yo también lo he experimentado y lo experimento a día de hoy, aunque voy canalizándolo en la vía del amor, del perdón.

Y después de todo esto, apartando el sentimiento negativo producido por el odio, ¿has dado las gracias a ese pasado por estar donde estás? Piénsalo. Puede sonar surrealista o excesivamente buenista, pero aceptando ese pasado, y perdonándolo, transformándolo en gratitud, nos damos cuenta de que ese dolor fue una muro que derribamos para llegar al lugar donde hoy estamos, una fuente de superación y aprendizaje.

«Y si, se lo que te digo, porque yo también lo he experimentado y lo experimento a día de hoy, aunque voy canalizándolo en la vía del amor, del perdón»

Demos las gracias y sigamos amando a esas personas, esos momentos, que por un tiempo nos destrozaron la vida o el corazón. Nosotros sabemos nuestra versión de lo que sentimos en ese momento, pero no lo que llevo a esas personas, en esos momentos, a actuar de esa manera haciéndonos daño.


Publicidad


Tendrían sus motivos, puede que un mal día, o simplemente que el destino nos estaba diciendo que era el momento y no que no pueda suceder. Demos las gracias de corazón porque gracias a ellos y al dolor de ese pasado hemos conseguido llegar donde estamos.

Doy las gracias a todos que me dijeron que no podría ser torero, porque me ayudaron a conseguirlo. Doy las gracias a todos los que me criticaron, porque me ayudaron a superarme cada día. Doy las gracias a esas mujeres que me dejaron de la noche al día, porque me enseñaron a querer más a cada nueva pareja y saborear cada día el sentirse querido.

«Doy las gracias a todos que me dijeron que no podría ser torero, porque me ayudaron a conseguirlo»

Doy las gracias a los que intentaron desacreditar mis locas ideas, porque cada vez soy más auténtico. Doy las gracias a esos empresarios que no valoraron mi triunfo en la plaza, porque cada día estoy más convencido de estar cerca de donde siempre quise estar.

En definitiva, doy las gracias a ese pasado doloroso, aceptado, perdonado y amado, porque ha sido la semilla de quién ahora soy. Doy las gracias a ese pasado por darme la oportunidad de enseñarme a vivir el presente.

¿Y tú, le has dado las gracias a tu pasado? ¿Lo has perdonado? ¿Has llegado a verlo con amor por doloroso que fuera? Hazlo, hazlo y hazlo. Y comienza a vivir el presente desde la positividad. Elimina barreras.

Puede que estés pensado que todo esto es una utopía, pero no, ser positivo es dar, dar a los demás, dar amor, y para dar amor hay que eliminar la negatividad. Elimínala de tu mente, es distinto decir no es lo mismo que decir es diferente.