El pasado 1 de Julio comenzaba mi primera excedencia fraccionada para poder cuidar de mis dos hijos, de 2 y 4 años y medio, en los meses de verano. Ese mismo día me llegaba por diferentes grupos de WhatsApp una noticia que hacia referencia a las excedencias por cuidado de familiares. A partir de los 3 años de mi hijo pequeño ya no tendré opción a solicitarla.

Nosotras, las trabajadoras y trabajadores del Salud teníamos opción a cogernos excedencias, fraccionándolas mínimo en dos meses hasta que sumara un total de tres años, hasta los 12 años de nuestras hijas e hijos. Nuestro pacto por el cual se rigen estos permisos, mejoraba la ley y nos daba un poco de luz a la Conciliación Familiar. Conciliar es muy complicado, pero conciliar en mitad de una pandemia es algo áspero y fragoso. Es como jugar al Tetris a una velocidad desorbitada.

Si el Tribunal Supremo dice que nuestro pacto contradice al Estatuto de Trabajadores, si ese mismo Tribunal afirma que no es la voluntad de la ley porque ya ha limitado a la edad de tres años las excedencias por cuidado de hijos, si es así, desde el Salud solo se tienen que sentar a la mesa junto a los sindicatos y darle otra redacción a ese Pacto.

¿Qué diferencia hay de un niño de tres años a uno de cuatro?; Señores Gerentes del Sector, ¿de verdad que una niña de seis, siete u ocho años puede valerse por sí misma? ¿De verdad? No nos pongan más piedras en el camino. Somos nosotras, las familias quienes sacrificamos nuestros sueldos para poder cuidar a nuestros pequeños. Permítanos criar a nuestras hijas e hijos. Déjennos conciliar. Las familias no nos rendiremos porque están atacando nuestros derechos, pero también están jugando con el de nuestras hijas e hijos.

*Judith Iglesias Carrasco es Celadora del SALUD