La mayoría de los jóvenes están deseando ir de fiesta en fiesta, lucir modelitos, foto aquí foto allá, reír, bailar, cantar, beber, viajar, estar con su grupo y todo inmortalizado en Instagram u otras redes sociales para que todo el mundo vea lo bien que se lo está pasando.


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Pero también hay otros jóvenes, que viven su tiempo libre de una forma diferente desde el voluntariado.

Para ser voluntario tienes querer ser generoso, solidario, saber darte a los demás, compartir tu tiempo y todo esto se aprende dentro de la familia, porque es en el propio hogar familiar, donde uno aprende a ser solidario y hacer voluntariado, cuando comparte con sus hermanos, los juguetes, las chuches, el amor de sus padres, la ropa, las tareas domésticas, cuando aprende a ayudar en casa, a escuchar y hacer compañía.

Después se da un pequeño paso fuera del hogar generalmente inducido por los padres para ayudar a los abuelos o algún vecino, a partir de ahí se empieza a colaborar con alguna organización.  Es así como se va formando una persona que aprende a ver a los demás, a escucharlos, a ayudarlos, a ver las necesidades de los otros y que disfruta con el voluntariado.

Este verano mis hijas mayores se lanzaron hacer voluntariado en el extranjero, por un lado me sentía muy orgullosa de su decisión, por otro como es lógico sentía cierto miedo como madre a que les pudiese pasar algo pero en el fondo me compensaba saber que iban a ayudar a niños desfavorecidos en un campamento de beduinos y a niños con discapacidad psíquica en un hospital de Fátima.

A-No es fácil, llegas ilusionada a un país cuyo idioma y costumbres son muy distintas a las tuyas, tratas de entenderte en inglés pero no siempre ellos lo saben hablar, al final el lenguaje de los ojos, una mirada que lo dice todo y una sonrisa, acercan culturas. Entonces mientras observas a esa gente en medio del desierto, beduinos nómadas, piensas lo afortunado que eres en tu país, te das cuenta de las quejas constantes que solemos hacer, mientras estos niños alegres, ruidosos y curiosos te muestran su forma de vida tan sencilla y escasa de recursos. Desearías poder darles mucho más, piensas en todo lo que tienes en tu casa que a veces no valoras y en lo poco que tiene ellos. Les enseñas juegos, canciones, les das cariño y ellos te enseñan con que poco se puede vivir y ser feliz.

E-En el caso del voluntariado del hospital tampoco fue fácil, eran niños de diferentes edades y con diferentes problemas, a veces también era difícil la comunicación, pero de nuevo una mirada, una sonrisa, conseguían unir mundos.


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No hace falta irse lejos para hacer voluntariado y ser solidario, hace muy pocos días, miles de personas, de todas las edades contribuyeron con su granito solidario ayudando en la recogida de alimentos, sólo hay que pensar en los demás antes que en uno mismo. 

La solidaridad y el voluntariado no entienden de edades, sexo, razas, condiciones sociales o ideales políticos, entiende, de personas que te necesitan y a las que puedes ayudar y alegrar la vida.

La ONG española Kubuka tiene voluntariados en Kenya y Zambia / Kubuka NGO

¿Qué puede ganar una persona realizando un trabajo de voluntariado no remunerado? Ser o hacer voluntariado es una forma de vivir y entender la vida, que te ayuda a:

-Ganar responsabilidad, te hace ser más responsable primero contigo mismo y luego con los demás, ye ayuda a comprometerte con las personas y buenas causas.

-Aumenta tu sensibilidad social, hacia el mundo que nos rodea, protegiendo la naturaleza, la sociedad y los derechos humanos, siendo sujeto activo, sintiéndote útil, para ser parte del cambio que mejore nuestra sociedad.

-Mejora tu autoestima y tú generosidad, ya que trabajar o ayudar a personas en condiciones diferentes a las tuyas, te ayuda a valorar más lo que tienes y ser más generoso y compartir con los demás.

-Enriquecimiento mutuo, tu enseñas y compartes tus talentos y conocimientos en beneficio de los demás pero al mismo tiempo aprendes de ellos, favoreciendo la empatía.


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Hoy 5 de diciembre, día internacional de los voluntarios, quiero felicitar a todas aquellas personas que de una forma desinteresada son solidarias, que saben regalar su tiempo, su atención, su comprensión, sus conocimientos y su corazón al resto que lo pueda necesitar.

Desde este artículo animo a ser un poquito más solidarios y voluntarios, para mejorar nuestra sociedad. Estoy segura que hay muchas personas estupendas que podrían dar mucho y hacerlo muy bien y que no acaban de dar ese paso, bien por pereza, por miedo a comprometerse o por desconocimiento de donde poder ayudar.  ¿Y por qué no? Tú también puedes.

En la Coordinadora Aragonesa de Voluntariado, una entidad sin ánimo de lucro se engloba actualmente 89 entidades de voluntariado, puedes encontrar tu sitio, pero recuerda empezar por los que más cerca tienes tu familia, tus amigos, tus vecinos, tus compañeros… 

Empezamos diciembre un bonito mes para ser solidario, recuerda, siempre hay alguien que te puede necesitar y siempre se puede sacar un ratito para ellos.

*Cristina Gil Gil  Autora de “La profe responde” de editorial Palabra y del blog “Ideas para crear y disfrutar