Con el monotema de Cataluña, estamos quizá algo desatentos a otros asuntos en los que también nos jugamos mucho.

Hay ahora un debate en el Parlamento, en la Comisión Parlamentaria para el Pacto de Toledo, que lleva desde finales de 2016 estudiando el sistema de pensiones. Llaman a expertos tan poco neutrales y con intereses tan ajenos a los trabajadores como Price Water House Coopers (que ya sabemos de qué pie cojean).

La mayoría de estos grupos de expertos invitados opinan que al sistema de pensiones le quedan, tirando por lo alto, 10 años de vida. Sugieren soluciones como establecer un sistema mixto de reparto y capitalización o que se incentiven los planes de pensiones privados que complementen la pensión pública.

Callan, a sabiendas, que la banca y los fondos de inversión van a la caza de capitales al quedarse sin negocio inmobiliario. Callan que la mayor parte de planes de pensiones privados están en pérdidas y hay muchas personas en Estados Unidos que, después de estar años metiendo dinero en un plan de pensiones, la banca se lo había jugado en el casino de las subprime y se quedaron sin cobrar un dólar.

Callan, a sabiendas, que la banca y los fondos de inversión van a la caza de capitales al quedarse sin negocio inmobiliario

Callan que en países como Chile, en los que se ha implantado un sistema mixto, las pensiones son miserables. Ni que decir que la recomendación de ahorrar en un plan de pensiones privado sólo está al alcance de trabajadores cuyos ingresos les permitan una vida digna y capacidad para atrapar un remanente mensual. Con los salarios en España, sólo al alcance de algunos.

El primer Pacto de Toledo fue la mayor estafa a los trabajadores, seguida seguramente por el rescate a la banca, más reciente. En el Pacto de Toledo, nos vendieron como el colmo de la progresía y la justicia social el hecho de cargar las pensiones no contributivas a cuenta de la Seguridad Social, y esto ha seguido así hasta 2013 (si no recuerdo mal).

Millones de las cuotas aportadas por trabajadores y empresarios (alrededor de 17 millones de nóminas) fueron detraídos de la Seguridad Social para pagar pensiones no contributivas que, siendo una cuestión de solidaridad del país con los menos favorecidos, debían haber sido financiados vía presupuestos, con el dinero de todos los españoles, no sólo de los cotizantes.

Una estafa en toda regla que ha durado décadas. Para contentar a los sindicatos principales y que no pusieran el grito en el cielo ante esta estafa evidente, se inventaron ‘La Tripartita’, a través de la que han manejado millones y millones con el argumento de mejorar la formación profesional. Las mariscadas ya las vimos.

«Para contentar a los sindicatos principales se inventaron ‘La Tripartita’, manejando millones y millones con el argumento de mejorar la formación profesional. Las mariscadas ya las vimos»

En todos los países occidentales con sistema público de pensiones, éstas se completan vía presupuestos, además de tener sueldos dignos que permiten una mejor financiación del sistema.

Veremos ahora que nueva estafa nos preparan. Todas las medidas que se escuchan van en la misma dirección de pérdida de derechos de los asalariados y autónomos. Menos pensión, más años de cotización. España es un país para morir con las botas puestas.