En estas líneas no pretendo escribir sobre si el Derecho de Manifestación se puede denegar simplemente por encontrarnos en un estado de alarma, aunque sea esta una cuestión muy interesante que seguro creará intenso debate jurídico.


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Me gustaría ir más allá, poniendo de relieve problemas, a mi juicio, igual o más preocupantes. Mucho se habla estos días de las manifestaciones contra el Gobierno de España que empezaron en la Madrileña calle Núñez de Balboa para días después replicarse por todo el barrio Salamanca.

Naturalmente, la prensa escrita y la televisada se han hecho eco de este revuelo, con mayor o menor grado de detalle. Titulares como ‘El efecto Cayeborroka’, ‘La revuelta de los pijos’, ‘La rebelión de los Cayetanos’ y similares acaparan las portadas.

Pero, ¿qué es lo que realmente se critica? Estas noticias no mencionan, o si lo hacen es de pasada, el riesgo para la salud pública que supone que se concentren personas sin guardar la distancia de seguridad, que, por otro lado, es lo único que se podría criticar.

Sin embargo, se observa una línea argumental común: hay determinadas personas no tienen Derecho a manifestarse. El razonamiento detrás de esta frase contraviene todas las leyes de la lógica. Así esta conclusión está apoyada por una afirmación con connotaciones negativas.

Todas las personas que viven en el barrio de Salamanca son ricas y ‘de derechas’. Para tomar esta afirmación como válida, primero debería definirse que se considera por ‘rico’. La palabra ‘rico’ en abstracto es un termino subjetivo, que puede diferir según la concepción de una persona u otra, por lo que, para que esa frase tuviese sentido, deberían establecer que se considera por ‘riqueza’.

Seguidamente, deberían aportar datos estadísticos de cuántos de los vecinos son ‘ricos’ (según su concepción), pero parece descabellado afirmar que sea el 100%. Por lo tanto, nos encontramos ante una generalización de manual.

Para terminar, deberían delimitar, igualmente, que se entiende por ‘ser de Derechas’, y una vez acotado, presentar los correspondientes datos que demuestren que el 100% de los vecinos lo son.

Aun así, una vez concluido el análisis del argumento principal, que ya observamos hace aguas por todos lados, imaginemos que, efectivamente, todas las personas que viven en el barrio de Salamanca son ricas y de derechas.

«¿Hay determinadas personas no tienen Derecho a manifestarse?. El razonamiento detrás de esta frase contraviene todas las leyes de la lógica»

¿Por qué no tendrían Derecho a manifestarse? El hecho de que una persona tenga más o menos dinero en su cuenta corriente no la define, ni para bien, ni para mal. Habrá buenas y malas personas ‘ricas’, al igual que buenas y malas personas ‘pobres’.

La ideología ‘de derechas’ podrá ser o no compartida por las voces críticas, pero a fin de cuentas no es más que un conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona, o, en este caso, de una pretendida colectividad vecinal. Como sociedad, deberíamos ser capaces de respetar las ideas de los otros, incluso cuando no participemos de ellas.


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El artículo 14 de nuestra Constitución lo deja meridianamente claro. Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. El ejercicio del Derecho de manifestación no es más o menos lícito dependiendo de quien lo ejercite, si así lo permitimos, estaremos creando un precedente harto peligroso.

Estaríamos justificando el recorte de derechos a una parte de la población en función de su opinión. En la época que nos ha tocado vivir, en la que tan en boga está la censura de la discriminación, es sorprendente que se tolere tan abiertamente la segregación, la exclusión, el odio, hacía un sector de la población por razones económicas. No hay mayor clasismo que ese.

*María Vela es abogada